Por Stefan Steinberg
08 de junio 2011
En una reunión de la comisión económica del Parlamento Europeo el lunes importantes funcionarios europeos pidieron al gobierno griego y a los partidos de la oposición la búsqueda de un consenso para imponer una nueva ronda de medidas de austeridad en el país.
En el corazón de esas medidas está la privatización de grandes parcelas del sector público griego. En su totalidad los recortes exigidos por la UE a instancias de los bancos significan una contrarrevolución social.
En la comisión económica de la UE el lunes, el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se jactó de que la Unión Europea, en alianza con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, había logrado imponer un consenso entre los partidos políticos para dictar drásticos programas de austeridad en varios países europeos. Ahora se espera que todos los partidos políticos griegos sigan la misma línea.
"En el caso de los países con dificultades sería conveniente que las fuerzas políticas de esos países se pongan de acuerdo respecto al camino a seguir", dijo Junker. "Eso es lo que hicimos en Portugal. Eso es lo que ocurrió en Irlanda y eso es lo que nos gustaría que suceda entre los partidos políticos en Grecia".
Las amenazas de Juncker fueron aprobadas en la reunión por el comisionado europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien también presionó a los políticos griegos para llegar a un consenso político sobre medidas de austeridad y privatizaciones.
Los comentarios de Juncker y Rehn el lunes se dirigían principalmente a una parte importante de la oposición en Grecia, que ha planteado algunas objeciones a la última serie de drásticas medidas de austeridad anunciadas por el primer ministro griego, George Papandreou. El partido conservador Nueva Democracia ha exigido recortes de impuestos para sus patrocinadores corporativos, a cambio de apoyo a las medidas de austeridad.
Algunos miembros del partido gobernante PASOK también han planteado reparos acerca del programa de austeridad de Papandreou. El diario Kathimerini de Atenas informó que los parlamentarios del Pasok "entienden que si aprueban el nuevo protocolo estarán cometiendo un suicidio político".
En el evento, Papandreou anunció para el martes aumentos de nuevos impuestos y recortes adicionales en el gasto por un total de € 6.400 millones del presupuesto del Estado.
Papandreou ya había anunciado planes para recaudar 50 mil millones hasta el 2015 por la venta de más de 30 empresas de propiedad parcialmente o totalmente estatales, incluyendo las compañías de agua, los puertos de El Pireo y Salónica, el hipódromo de Atenas, el Postbank, un casino y la empresa de lotería OPAP. El gobierno también está buscando un inversor para la empresa estatal de transporte ferroviario.
De acuerdo con la burocracia de la UE en Bruselas, sin embargo, los planes de Papandreu son completamente inadecuados. La principal condición establecida por la UE para un posible nuevo préstamo a Grecia es la rápida aplicación de un programa mucho más drástico de privatizaciones, incluyendo la liquidación de los activos más valiosos y socialmente necesarios del país.
Varios países líderes de la eurozona promueven la creación de un fondo especial que organice una liquidación mucho más rigurosa de los bienes públicos griegos. De acuerdo con un informe publicado el martes en el Süddeutsche Zeitung, el fideicomiso propuesto asumiría la responsabilidad de la venta de nuevas empresas de propiedad estatal, incluidas los hospitales y las empresas de autobuses. El artículo señala que el valor total de los activos del Estado griego se estima en alrededor de € 300 mil millones, mucho más que los € 50 mil millones que Papandreou ha planteado.
El artículo también detalla una iniciativa para emitir acciones del fideicomiso que podrían ser vendidas de inmediato a las partes interesadas. Esto se considera como un medio de presión adicional sobre el gobierno griego para privatizar lo más rápido y drásticamente que sea posible.
Las últimas propuestas de los funcionarios de la UE y de los gobiernos de la zona del euro darán poderes cuasi-dictatoriales a órganos no electos para vender las instituciones sociales y los servicios necesarios, tales como hospitales, compañías eléctricas y de telecomunicaciones al mejor postor. La consecuencia será un aumento de los precios al consumidor para los servicios esenciales y la supresión total de cualquier tipo de red de seguridad para los necesitados y la población trabajadora, ya afectada por el desempleo masivo.
Las declaraciones de Juncker y Rehn en el Parlamento Europeo están dirigidas a garantizar que todo el stablishment político de Grecia entre en línea con este programa de contrarrevolución social dictado por un puñado de elegidos funcionarios europeos, que a su vez reciben órdenes de los bancos.
Juncker dejo muy clara su propia sumisión a la elite financiera en sus comentarios a la prensa antes de la reunión de la comisión económica de la UE. Preguntado sobre sus planes para Grecia, Juncker respondió: "estamos trabajando en una fórmula que no conduzca a un juicio negativo por la agencia de calificación y que no signifique que el país se vea en situación de mora".
La agencia de calificaciones Moody's bajó las calificaciones de ocho bancos griegos al final de la semana pasada. A principios de semana la misma agencia de calificación emitió una nueva degradación de la deuda soberana del país, hundiendo a Grecia aún más en el fondo del pozo.
La degradación de Moody’s cae en un contexto en que los bancos privados protagonizan una cada vez mayor fuga de capitales. De acuerdo con cifras del Banco de Pagos Internacionales, los bancos extranjeros retiraron € 7 mil millones en el último trimestre de 2010, mientras que en marzo de 2011 retiraron alrededor de € 8 millones de dólares, coincidiendo con varios miles de millones en retiros de los inversores griegos. Se informa que Estados Unidos y los inversores franceses han reducido a la mitad sus tenencias en bonos del Estado griego.
Se supone que esta tendencia se ha intensificado en abril y mayo. Algunos analistas financieros ya están prediciendo que el gobierno griego se verá obligado a intervenir para nacionalizar una serie de bancos griegos con el fin de evitar su colapso.
Bajo la presión de los mercados financieros las propuestas se están lanzando buscando la nacionalización de los bancos griegos a expensas del contribuyente. Al mismo tiempo los mercados financieros y las instituciones de la UE están exigiendo que el Estado venda sus más importantes valores sociales a los inversores privados!
Detrás de la insistencia de Juncker y Rehn en el consenso inter-partidario para imponer el plan de austeridad está la amenaza de ahogar a la economía griega. El apoyo de los partidos a las medidas de austeridad y al programa de privatización de la UE es una condición para adjudicar al país el próximo tramo del plan de rescate pactado entre la UE y el FMI a los pocos días.
En marzo de 2010 Grecia obtuvo un primer rescate por € 110 mil millones de parte de la UE, el FMI y el BCE, junto con un programa masivo de recortes de gastos. Un año más tarde el país está en una situación de profundización de la recesión y sus niveles de deuda se han disparado.
A fin de evitar un colapso total de la economía griega los funcionarios de la UE están discutiendo la posibilidad de un paquete de rescate adicional para el país por un valor de entre € 60 y € 100 mil millones. Las propuestas de créditos adicionales solicitados por Grecia serán discutidos en la próxima reunión de ministros de Finanzas del Eurogrupo que se celebrará el 20 de junio, seguida por una cumbre de líderes de la UE tres días después.
El partido gobernante, el PASOK de Papandreou, la oposición de Nueva Democracia y las federaciones sindicales del país, han dejado claro que aceptan la necesidad de recortes presupuestarios y han hecho un llamamiento a la población para hacer sacrificios. Hay indicios de crecimiento, sin embargo, del movimiento de protesta en Grecia que se está desarrollando cada vez más fuera del control de las estructuras sindicales oficiales.
Tras una sucesión de protestas sin fuerza y diversas manifestaciones organizadas por los sindicatos que atrajeron a un número cada vez menor de participantes, una nueva oleada de protestas ha comenzado en Grecia. El domingo, más de 70.000 personas se abarrotaron en la Plaza Syntagma de Atenas para protestar frente al edificio del parlamento. La manifestación fue la culminación de una serie de 12 reuniones realizadas todas las noches y en gran parte inspiradas por el movimiento de ciudadanos indignados en España e Italia.
Un banner destacado en la protesta del domingo decía: "los banqueros, ladrones, estafadores". Miles más se manifestaron en otras ciudades griegas.
Según un comentarista, la crisis social en desarrollo en Grecia está impulsando a nuevas capas sociales a unirse a las protestas.
"La perspectiva de perder la seguridad de un empleo estatal en un momento de fuerte aumento del desempleo ha llevado a muchas personas a la calle por primera vez, cualquiera que sea su afiliación política", dijo Taki Michas.
El desarrollo de una nueva ola de protestas fuera del control de los sindicatos ha dado lugar a una respuesta cada vez más nerviosa por sectores de la élite gobernante griega. Temen que el movimiento contra la austeridad y el desmantelamiento del sistema social griego puedan asumir formas mucho más radicales en las próximas semanas y meses.
En el corazón de esas medidas está la privatización de grandes parcelas del sector público griego. En su totalidad los recortes exigidos por la UE a instancias de los bancos significan una contrarrevolución social.
En la comisión económica de la UE el lunes, el jefe del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se jactó de que la Unión Europea, en alianza con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo, había logrado imponer un consenso entre los partidos políticos para dictar drásticos programas de austeridad en varios países europeos. Ahora se espera que todos los partidos políticos griegos sigan la misma línea.
"En el caso de los países con dificultades sería conveniente que las fuerzas políticas de esos países se pongan de acuerdo respecto al camino a seguir", dijo Junker. "Eso es lo que hicimos en Portugal. Eso es lo que ocurrió en Irlanda y eso es lo que nos gustaría que suceda entre los partidos políticos en Grecia".
Las amenazas de Juncker fueron aprobadas en la reunión por el comisionado europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien también presionó a los políticos griegos para llegar a un consenso político sobre medidas de austeridad y privatizaciones.
Los comentarios de Juncker y Rehn el lunes se dirigían principalmente a una parte importante de la oposición en Grecia, que ha planteado algunas objeciones a la última serie de drásticas medidas de austeridad anunciadas por el primer ministro griego, George Papandreou. El partido conservador Nueva Democracia ha exigido recortes de impuestos para sus patrocinadores corporativos, a cambio de apoyo a las medidas de austeridad.
Algunos miembros del partido gobernante PASOK también han planteado reparos acerca del programa de austeridad de Papandreou. El diario Kathimerini de Atenas informó que los parlamentarios del Pasok "entienden que si aprueban el nuevo protocolo estarán cometiendo un suicidio político".
En el evento, Papandreou anunció para el martes aumentos de nuevos impuestos y recortes adicionales en el gasto por un total de € 6.400 millones del presupuesto del Estado.
Papandreou ya había anunciado planes para recaudar 50 mil millones hasta el 2015 por la venta de más de 30 empresas de propiedad parcialmente o totalmente estatales, incluyendo las compañías de agua, los puertos de El Pireo y Salónica, el hipódromo de Atenas, el Postbank, un casino y la empresa de lotería OPAP. El gobierno también está buscando un inversor para la empresa estatal de transporte ferroviario.
De acuerdo con la burocracia de la UE en Bruselas, sin embargo, los planes de Papandreu son completamente inadecuados. La principal condición establecida por la UE para un posible nuevo préstamo a Grecia es la rápida aplicación de un programa mucho más drástico de privatizaciones, incluyendo la liquidación de los activos más valiosos y socialmente necesarios del país.
Varios países líderes de la eurozona promueven la creación de un fondo especial que organice una liquidación mucho más rigurosa de los bienes públicos griegos. De acuerdo con un informe publicado el martes en el Süddeutsche Zeitung, el fideicomiso propuesto asumiría la responsabilidad de la venta de nuevas empresas de propiedad estatal, incluidas los hospitales y las empresas de autobuses. El artículo señala que el valor total de los activos del Estado griego se estima en alrededor de € 300 mil millones, mucho más que los € 50 mil millones que Papandreou ha planteado.
El artículo también detalla una iniciativa para emitir acciones del fideicomiso que podrían ser vendidas de inmediato a las partes interesadas. Esto se considera como un medio de presión adicional sobre el gobierno griego para privatizar lo más rápido y drásticamente que sea posible.
Las últimas propuestas de los funcionarios de la UE y de los gobiernos de la zona del euro darán poderes cuasi-dictatoriales a órganos no electos para vender las instituciones sociales y los servicios necesarios, tales como hospitales, compañías eléctricas y de telecomunicaciones al mejor postor. La consecuencia será un aumento de los precios al consumidor para los servicios esenciales y la supresión total de cualquier tipo de red de seguridad para los necesitados y la población trabajadora, ya afectada por el desempleo masivo.
Las declaraciones de Juncker y Rehn en el Parlamento Europeo están dirigidas a garantizar que todo el stablishment político de Grecia entre en línea con este programa de contrarrevolución social dictado por un puñado de elegidos funcionarios europeos, que a su vez reciben órdenes de los bancos.
Juncker dejo muy clara su propia sumisión a la elite financiera en sus comentarios a la prensa antes de la reunión de la comisión económica de la UE. Preguntado sobre sus planes para Grecia, Juncker respondió: "estamos trabajando en una fórmula que no conduzca a un juicio negativo por la agencia de calificación y que no signifique que el país se vea en situación de mora".
La agencia de calificaciones Moody's bajó las calificaciones de ocho bancos griegos al final de la semana pasada. A principios de semana la misma agencia de calificación emitió una nueva degradación de la deuda soberana del país, hundiendo a Grecia aún más en el fondo del pozo.
La degradación de Moody’s cae en un contexto en que los bancos privados protagonizan una cada vez mayor fuga de capitales. De acuerdo con cifras del Banco de Pagos Internacionales, los bancos extranjeros retiraron € 7 mil millones en el último trimestre de 2010, mientras que en marzo de 2011 retiraron alrededor de € 8 millones de dólares, coincidiendo con varios miles de millones en retiros de los inversores griegos. Se informa que Estados Unidos y los inversores franceses han reducido a la mitad sus tenencias en bonos del Estado griego.
Se supone que esta tendencia se ha intensificado en abril y mayo. Algunos analistas financieros ya están prediciendo que el gobierno griego se verá obligado a intervenir para nacionalizar una serie de bancos griegos con el fin de evitar su colapso.
Bajo la presión de los mercados financieros las propuestas se están lanzando buscando la nacionalización de los bancos griegos a expensas del contribuyente. Al mismo tiempo los mercados financieros y las instituciones de la UE están exigiendo que el Estado venda sus más importantes valores sociales a los inversores privados!
Detrás de la insistencia de Juncker y Rehn en el consenso inter-partidario para imponer el plan de austeridad está la amenaza de ahogar a la economía griega. El apoyo de los partidos a las medidas de austeridad y al programa de privatización de la UE es una condición para adjudicar al país el próximo tramo del plan de rescate pactado entre la UE y el FMI a los pocos días.
En marzo de 2010 Grecia obtuvo un primer rescate por € 110 mil millones de parte de la UE, el FMI y el BCE, junto con un programa masivo de recortes de gastos. Un año más tarde el país está en una situación de profundización de la recesión y sus niveles de deuda se han disparado.
A fin de evitar un colapso total de la economía griega los funcionarios de la UE están discutiendo la posibilidad de un paquete de rescate adicional para el país por un valor de entre € 60 y € 100 mil millones. Las propuestas de créditos adicionales solicitados por Grecia serán discutidos en la próxima reunión de ministros de Finanzas del Eurogrupo que se celebrará el 20 de junio, seguida por una cumbre de líderes de la UE tres días después.
El partido gobernante, el PASOK de Papandreou, la oposición de Nueva Democracia y las federaciones sindicales del país, han dejado claro que aceptan la necesidad de recortes presupuestarios y han hecho un llamamiento a la población para hacer sacrificios. Hay indicios de crecimiento, sin embargo, del movimiento de protesta en Grecia que se está desarrollando cada vez más fuera del control de las estructuras sindicales oficiales.
Tras una sucesión de protestas sin fuerza y diversas manifestaciones organizadas por los sindicatos que atrajeron a un número cada vez menor de participantes, una nueva oleada de protestas ha comenzado en Grecia. El domingo, más de 70.000 personas se abarrotaron en la Plaza Syntagma de Atenas para protestar frente al edificio del parlamento. La manifestación fue la culminación de una serie de 12 reuniones realizadas todas las noches y en gran parte inspiradas por el movimiento de ciudadanos indignados en España e Italia.
Un banner destacado en la protesta del domingo decía: "los banqueros, ladrones, estafadores". Miles más se manifestaron en otras ciudades griegas.
Según un comentarista, la crisis social en desarrollo en Grecia está impulsando a nuevas capas sociales a unirse a las protestas.
"La perspectiva de perder la seguridad de un empleo estatal en un momento de fuerte aumento del desempleo ha llevado a muchas personas a la calle por primera vez, cualquiera que sea su afiliación política", dijo Taki Michas.
El desarrollo de una nueva ola de protestas fuera del control de los sindicatos ha dado lugar a una respuesta cada vez más nerviosa por sectores de la élite gobernante griega. Temen que el movimiento contra la austeridad y el desmantelamiento del sistema social griego puedan asumir formas mucho más radicales en las próximas semanas y meses.
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