martes, 7 de junio de 2011

AGENTES PENITENCIARIOS Y POLICIAS, CADA VEZ CON MÁS TRABAJO

CORREPI – Boletín informativo
Nº 611 – 6 de junio de 2011

Narcopenitenciarios y polinarcos
Hace unos días, se descubrieron más de dos toneladas de marihuana (2.370 kilos) en el interior de un camión del servicio penitenciario. Detuvieron a los dos choferes, de bajo rango, que de inmediato llamaron a su superior. Porque, como dijo uno de los investigadores judiciales: “Si creemos que dos choferes pueden moverse en un camión oficial con dos toneladas de marihuana sin ningún tipo de protección. Volvimos a creer en los reyes magos”.
Está probado que el camión en cuestión realizó por lo menos seis viajes transportando grandes cantidades de drogas desde Misiones a Buenos Aires.
La misma semana, en Salta, unos policías que estaban haciendo control vial vieron llegar dos autos. Mientras el primero se detuvo y ostensiblemente sus ocupantes intentaron distraer a los policías, el otro auto giró en redondo y fugó del lugar. Pero tuvo un inconveniente mecánico y los policías, alertados por la maniobra, lo alcanzaron. La sorpresa (para ellos) fue que el conductor y dueño del auto era el comisario Carlos Gallardo, jefe de Inteligencia Criminal de Tartagal, que intentó descartar 50 kilos de cocaína que llevaba en dos mochilas. Los cómplices del primer auto aprovecharon a escapar mientras arrestaban a Gallardo.
Como decimos siempre, y se empeñan en demostrar a diario, no hace falta ser muy vivo para darse cuenta quién dirige y protagoniza el crimen organizado del narcotráfico en Argentina.

Trata de personas y amenazas: un servicio de la Federal
También es bien sabido la policía no sólo cumple a la perfección su función de garante de la seguridad de los ricos atacando a los pobres, sino que además, se encuentra vinculada a negociados perversos como por ejemplo la trata de personas para la explotación sexual. En estos meses ha salido a la luz una red de trata que funciona en el barrio de Once, a raíz de intentos de secuestros que han sufrido mujeres del barrio y estudiantes de Psicología y del IUNA que cursan por la zona.
Gracias a la organización de los estudiantes y de la gente del barrio, que realizaron marchas y escraches a la comisaría, esto ha llegado a los medios. Los intentos de secuestro se han dado por la noche y también durante la tarde, a plena luz del día, mostrando una verdadera impunidad en la forma de moverse, que deja a las claras que la complicidad policial está garantizada, como siempre.
Hace unos meses nomás, en marzo, la ministra de Seguridad Nilda Garré anunciaba con bombos y platillos las purgas policiales debidas a, entre otras cosas, las vinculaciones de decenas de comisarías con las redes de trata. Esto no es una novedad, las redes de trata funcionan gracias a que la institución policial y jueces y funcionarios las garantizan, lucrando con la libre explotación de mujeres y niños.
En este caso, la comisaría involucrada es la 8ª. Los vecinos y estudiantes organizados a raíz de estos hechos han realizado escraches en dicha comisaría denunciando la complicidad policial, ya que, bien entienden que la solución a este problema no es más presencia policial en las calles, como nos quieren hacer creer los medios y el gobierno con el famoso discurso de la “inseguridad”, sino que, para nosotros, inseguridad es la policía en la calle.
Y por si faltaban pruebas de la vinculación policial, una de las estudiantes que está activamente denunciando estos hechos ha recibido amenazas telefónicas en su casa, en un intento de amedrentarla, otra de las metodologías más usadas por la policía para intentar hacernos callar y garantizar su impunidad.
La solución a este problema no va a venir de la institución policial, quien está claramente involucrada en este negociado; ni tampoco lo solucionan las lavadas de cara de la policía que pretenden Garré y compañía con sus purgas; acá y siempre el camino es la organización y la lucha popular

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