jueves, 9 de junio de 2011

CHINA ESTALLA EN EL 2013, DICE NOURIEL ROUBINI

Creciente preocupación por la desaceleración del crecimiento de China
En base a una nota de John Chan
09 de junio 2011


El economista estadounidense Nouriel Roubini, quien predijo acertadamente la crisis mundial del 2007-2008, advirtió ahora sobre la crisis de la economía china. Dijo recientemente en la revista británica The Economist que después de la aplicación de los programas de estímulo de 2008 la participación de la inversión fija como porcentaje del PIB se incrementó del 42% al 47% en 2009. Esta proporción aumentó aún más, a casi el 50% en 2010.
"El problema, por supuesto, es que ningún país puede ser suficientemente productivo como para reinvertir el 50% del PIB en nuevo capital social, sin enfrentar eventualmente un exceso de capacidad y un enorme problema de préstamos morosos. China está lleno de exceso de inversión en capital físico, infraestructura y propiedad", escribió Roubini.
Roubini señaló que China ahora tiene "autopistas que no llevan a ninguna parte, miles de colosales edificios nuevos del gobierno central y provincial, pueblos fantasmas y nuevas empresas de fundiciones de aluminio que se mantienen cerradas para evitar que los precios mundiales se hundan". Predijo que el desplome ocurra probablemente en 2013 seguido por un período prolongado de crecimiento lento, similar a las consecuencias de la crisis financiera asiática de 1997-1998.
Hay indicios de que la economía china se está desacelerando, un proceso que ha sacudido a los comentaristas económicos y recorrido los mercados a nivel mundial en las últimas semanas.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo corrigió el mes pasado su previsión de 9% de crecimiento del producto interno bruto (PIB) en 2011, frente a una proyección de 9.7% hecha en noviembre pasado. El PIB de China creció oficialmente un 10,3% en 2010.
Al mismo tiempo, la agencia calificadora internacional de crédito Standard & Poor's advirtió sobre las posibles consecuencias de las medidas anti-inflacionarias del gobierno chino, especialmente las de sujetar la oferta de crédito. Su informe señaló que "la inflación y una posible desaceleración económica derivada del refuerzo de las medidas podría dar lugar a un aumento en las pérdidas de crédito en los próximos dos o tres años. La
rentabilidad de los bancos chinos podría caer en lo que resta del 2011 y producir una nueva caída en los próximos dos años".
Después de la crisis financiera mundial del 2008, que rápidamente destruyó unos 20 millones de empleos en China, principalmente en las industrias de exportación, el régimen chino abrió las compuertas del crédito del banco estatal para estimular la economía. El préstamo de 17.5 billones de yuanes (2.7 billones de dólares) en 2009 y 2010 fue igual a una cuarta parte del PIB de China durante ese período. El resultado ha sido una sobrecapacidad en la industria, el alza de precios de los inmuebles y una montaña de deudas.
Dos tercios de los activos bancarios del país están en manos de los principales bancos comerciales de propiedad estatal y los bancos de accionistas, pero hay más de 3.500 entidades bancarias pequeñas, como las cooperativas de crédito, la mayoría de los cuales financian los proyectos de infraestructura de los gobiernos locales.
S&P calcula que alrededor del 30% de esos préstamos podrían convertirse en deudas incobrables. Se espera que el nivel de morosidad del sistema bancario chino aumente a 10.5% en los próximos tres años, un fuerte aumento respecto del 1,14% de finales de 2010.
El endurecimiento de la política crediticia de Pekín, que incluye un drástico aumento de la tasa de reserva obligatoria a más de 20% del total de activos de un banco, también está causando que pequeñas instituciones bancarias tengan que luchar para encontrar nuevos fondos para prestar. Los periódicos chinos han señalado una ola de cierres y recortes entre las empresas pequeñas y medianas empresas exportadoras debido a la constricción de los préstamos además de las demandas de los trabajadores de salarios más altos y la contracción de los mercados en Europa y Estados Unidos.
En Wenzhou, una ciudad exportadora en la provincia oriental de Zhejiang, una encuesta mostró que las empresas exportadoras que fabrican vasos, encendedores, bolígrafos y cerraduras vieron bajar sus ventas un 7% y los beneficios en un 30% en el primer trimestre de 2011. Más de una cuarta parte de ellas sufrieron pérdidas y el margen de ganancia promedio fue de sólo el 3,1%. Fue "un momento más difícil que en 2008", dijo al China Business Times un funcionario local a cargo de las empresas medianas y pequeñas.
A nivel mundial han aumentado los temores de que los precios de las propiedades chinas estén totalmente sobre-inflados y se dirijan a una crisis. El Financial Times comentó el 1° de junio: "si el mercado inmobiliario de China es una burbuja pronta a estallar, anulando el crecimiento chino y sacudiendo a la economía mundial, es una pregunta que se están haciendo todos, desde los comerciantes de mineral de hierro en Brasil a los gestores de fondos en la city de Londres".
La construcción directa representa aproximadamente el 40% del uso de acero en China. Si se incluyen las industrias relacionadas con la propiedad, tales como electrodomésticos y equipos de construcción, el mercado inmobiliario en general consume alrededor de dos tercios de la producción de acero del país. Las acerías chinas produjeron 626 millones de toneladas de acero el año pasado, el 44% del total mundial.
Cualquier salida repentina de los fondos internacionales de China podría desestabilizar seriamente el sistema financiero del país, como ocurrió en el sur de Asia oriental en 1997-98. El mes pasado, la autoridad monetaria de Hong Kong llevó a cabo pruebas de tensión para medir la capacidad de los bancos locales para sobrevivir a la retirada de unos $ 90 mil millones en depósitos que inundaron a Hong Kong, como puerta de entrada al sector inmobiliario de China, a raíz de la caída mundial de 2008.
Según un estudio reciente realizado por el Instituto de Finanzas Internacionales, China se ha convertido desde 2008 en el principal destino para la inversión privada internacional, al atraer un flujo neto proyectado que llegaría a cerca de $ 250 mil millones entre 2010 y 2012. Se cree que gran parte de este capital es "dinero caliente" que busca ganancias rápidas y altas en el sector inmobiliario chino.
Para mantener el crecimiento de la economía, mientras que aplaca la ira pública por los altos costos de la vivienda, Beijing ha anunciado un plan para construir 36 millones de departamentos con subsidio oficial para las familias de bajos ingresos durante los próximos cinco años. El objetivo es dar cabida a una quinta parte de los 218 millones de hogares urbanos.
El Financial Times señaló que a pesar del objetivo de construir 10 millones de viviendas son subsidio oficial a un costo de 1,3 billones de yuanes en 2011, el gobierno sólo ha asignado 103 mil millones de yuanes. Hay unos 400-500 mil millones de yuanes que tienen que provenir de los gobiernos locales y 800-900 mil millones de yuanes de los promotores privados.
En otras palabras, estos proyectos dependerán principalmente de los mismos sectores que se han beneficiado de la burbuja inmobiliaria especulativa. Según la última lista de los 213 multimillonarios en dólares de origen chino confeccionada por Forbes, 30% de ellos han construido sus fortunas, en todo o en parte, en el sector inmobiliario. Al mismo tiempo, los gobiernos locales se han vuelto muy dependientes de las ventas de propiedades y de tierra como fuentes de ingresos, dándoles un incentivo para aumentar los precios.
El descontento generalizado por el alza de los precios de la vivienda ha llevado a diferencias públicas sobre quién es el responsable. El mes pasado el ex primer ministro Zhu Rongji se defendió de las acusaciones aparecidas en la prensa china de que su reforma fiscal a favor del mercado en la década de 1990, que aumentó los ingresos del gobierno central en Beijing pero no dejó fondos para los gobiernos locales, fuera la responsable.
Zhu criticó a los líderes actuales de cometer un "error" al permitir que los gobiernos locales retengan los ingresos provenientes de bienes raíces y por lo tanto "extraigan la grasa de la gente", empujando al alza de los precios. Dijo que él defiende a la "tercera generación del liderazgo", encabezada por el ex presidente Jiang Zemin, quien se hizo famoso por la introducción del mercado privado de la vivienda en 1998.
Zhu también atacó la política de la actual dirección de subsidiar la industria automotriz. En el Salón del Automóvil de Shanghai, explicó que algunos coches de lujo cuestan más de 100 millones de yuanes ($ 15 millones de euros) cada uno, mientras que algunos dueños de empresas han comenzado a comprar aviones privados. "Pero ¿qué pasa con las zonas rurales, donde algunos todavía están luchando para llenar su estómago?", preguntó.
Este juego hipócrita de responsabilizarse mutuamente entre los sectores altos del régimen estalinista pone de relieve los temores que tiene la elite gobernante de que la economía cada vez se vuelva más inestable y genere tensiones sociales que en algún momento darán lugar a un movimiento explosivo de la inmensa clase trabajadora china.

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