viernes, 17 de junio de 2011

NO SURRENDER, NO HAY RENDICION - BRUCE SPRINGSTEEN

Nos fugamos de la clase, teníamos que alejarnos de aquellos tontos, aprendimos más en un disco de tres minutos que lo que alguna vez aprendimos en la escuela.
Esta noche oigo el sonido de la batería en el vecindario, puedo sentir que mi corazón comienza a palpitar.
Dices que estás cansado y solamente quieres cerrar tus ojos y dejar de perseguir tus sueños.

Pero hicimos una promesa que juramos recordar siempre: "no hay retirada amigo, no hay rendición".
Como soldados en una noche de invierno con un juramento que defender, "no hay retirada amigo, no hay rendición".

Ahora los rostros joviales se han vuelto tristes y cansados y los corazones ardientes se han vuelto fríos, juramos que seríamos hermanos de sangre contra viento y marea, ahora estoy listo para ser joven de nuevo y oír la voz de tu hermana llamándonos a casa a través de estos campos abiertos.
Quizá volvamos a aprender algo de nosotros mismos con esta batería y estas guitarras.

Porque una vez hicimos una promesa que juramos que siempre recordaríamos: "no hay retirada amigo, no hay rendición".
Como hermanos de sangre en una noche tormentosa con un juramento que defender: " no hay retirada amigo, no hay rendición".

Esta noche en la calle las luces se han oscurecido, las paredes de mi cuarto se están estrechando.
Hay una guerra ahí fuera que sigue embravecida y tú dices que ya nunca más será asunto nuestro ganar.
Bueno, pues yo quiero dormir bajo cielos pacíficos en la cama de mi amante, con un gran país lleno de oportunidades abierto ante mis ojos y estos sueños románticos en mi cabeza.

Porque una vez hicimos una promesa que juramos recordar siempre: "no hay retirada amigo, no hay rendición".
Como hermanos de sangre en una noche tormentosa con un juramento que defender, "no hay retirada amigo, no hay rendición".


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