sábado, 18 de junio de 2011

GRECIA: LA CALLE INVADIÓ EL PALACIO

Temor al contagio de la crisis de la deuda griega
16 de junio 2011 | 1621 GMT

Resumen

El servicio de inversiones Moody’s podría rebajar la calificación crediticia de los tres bancos más importantes de Francia sobre la base de su exposición a la deuda griega. Sin embargo, el encargado francés de Asuntos Europeos, Laurent Wauquiez, dijo que el sector bancario alemán está más expuesto a la deuda griega que Francia. La posibilidad de contagio de Grecia y de otras economías periféricas de la eurozona con problemas ha causado preocupación en la eurozona, pero existen varios factores para mitigar el riesgo de una crisis financiera en la eurozona. Mientras tanto, siguen los desacuerdos acerca de cómo resolver la crisis de la deuda de Grecia.

Análisis
Las calificaciones de crédito del banco más grande de Francia, BNP Paribas, y de dos de sus principales competidores, Societe Generale y Credit Agricole, se colocó en revisión para una rebaja por la calificadora Moody’s Investor Services el 15 de junio, debido a su alta exposición a la deuda griega. El responsable francés de Asuntos Europeos, Laurent Wauquiez se apresuró a restar importancia al asunto, señalando que el sector bancario alemán está más expuesto a la deuda griega que Francia. Los activos griegos retenidos por estos bancos aumentan su riesgo de grandes pérdidas a la luz de una posible reestructuración de Grecia, riesgos que aumentan con la inestabilidad política en Atenas, cuando el 15 de junio el primer ministro griego George Papandreou ofreció su renuncia.
El Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Alemania se han visto comprometidos a enfrentar una escalada de varios meses buscando la mejor manera de evitar una crisis financiera paneuropea. El temor que prevalece, expresado por el BCE, es que la reestructuración de la deuda griega defendida por Alemania dará lugar a una serie de incumplimientos de las entidades financieras en toda Europa, imitando la reacción en cadena que siguió a la quiebra de Lehman Brothers, el grupo financiero de los Estados Unidos, en septiembre de 2008.
Sin embargo hay factores que podrían mitigar los riesgos de una crisis financiera paneuropea. La posibilidad de una moratoria griega es de conocimiento común y los mercados financieros han reflejado este hecho desde hace meses. Un indicador principal de este riesgo se encuentra en el alto costo de asegurar la deuda griega. Para Grecia los “credit default swaps”, que son esencialmente un instrumento de seguro en el mundo financiero, son actualmente los más costosos del mundo, casi el doble de caros que los del segundo más alto, Pakistán. Es comprensible que las instituciones financieras en Europa se hayan desprendido de los activos de riesgo de los Estados periféricos de Europa con problemas, Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España. Este proceso, en confluencia con la disminución general del valor de mercado de estos activos, se traduce para estas instituciones financieras y bancarias en una menor exposición a la deuda periférica de la zona euro.



Los gráficos muestran la disminución general de la exposición en los principales países de la eurozona frente a los países periféricos y también la composición particular de la exposición. Por ejemplo, el sector financiero alemán ha reducido su exposición a los activos en los países periféricos en más del 40% entre mayo de 2008 -antes de la crisis- y diciembre de 2010. El sector financiero de Francia redujo su exposición total en un 30%, desde más de $ 900 mil millones a menos de $ 650 mil millones, durante el mismo período.
Entre 2008 y 2010 los principales países de la eurozona bajaron sobretodo su exposición frente a Irlanda. Francia y Alemania redujeron su exposición a activos de Irlanda en un 50% y 62%, respectivamente. Irlanda es el único entre los países periféricos con problemas en que la exposición ha sido principalmente en la forma de activos privados bancarios y no bancarios; la exposición frente a la deuda soberana de Irlanda ha sido mínima ya que el gobierno no se ha endeudado mucho en los últimos años.




En cuanto a la exposición frente a Grecia, el más arriesgado de todos los países de la periferia, el sector bancario francés mantiene una deuda soberana griega menor a la alemana, pero su exposición total a la deuda griega es de casi $ 23 mil millones superior a la de Alemania, porque Francia tiene una cantidad significativamente mayor de activos privados griegos no bancarios. Sin embargo, debido a que los bancos retienen la deuda soberana debido a su madurez lo que hace más difícil despojarse de ella, cualquier potencial default griego obligaría a los bancos que tienen una gran cantidad de deuda soberana a recapitalizarse. En este sentido los bancos alemanes son más vulnerables que los bancos franceses ante la eventualidad de un impago griego.
Sin embargo lo que más preocupa a Alemania no es la exposición de sus bancos a la deuda soberana griega, que sigue siendo sólo apenas superior a los $ 20 mil millones, sino la reacción política interna contra los rescates y entre sus aliados más cercanos, como los Países Bajos y Finlandia. Para contrarrestar este sentimiento populista en contra de los rescates, Berlín quiere involucrar a los acreedores privados, cargando los costos a sus bancos.



El BCE y Francia tienen en mente un plan diferente. El BCE ha comprado casi 74 mil millones de euros (104 mil millones dólares) en valores de la deuda periférica desde mayo de 2010 y quiere que Alemania y el fondo de rescate europeo, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, se haga cargo a través de los mecanismos de apoyo. Francia por su parte no sufre ninguna reacción populista interna contra los rescates, probablemente debido a que la población francesa entiende que necesita mecanismos de apoyo.
Francia y el BCE, por lo tanto, se oponen a los planes alemanes de reestructuración. Sin embargo, el BCE, Berlín y París tendrán que llegar a un cierto nivel de acuerdo pronto, porque la crisis política en Grecia ha aumentado hasta el punto en que Atenas ya no puede garantizar que se cumplan las condiciones de su rescate. Al final, esto termina dando a Atenas una mejor posición negociadora: a mayor presión sobre su gobierno desde la calle, mayores concesiones puede obtener de sus socios en la eurozona.

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