http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20110713/149706725.html
El pasado 6 de julio, el Consejo de la Federación, o Senado de Rusia ratificó los acuerdos que, en el marco de la Unión Aduanera, facilitan la estancia en Rusia de los inmigrantes laborales de los otros dos países miembros, Bielorrusia y Kazajstán.
A partir de ahora los empleadores podrán contratarlos sin tener que tramitar el permiso de trabajo para extranjeros previsto por la legislación rusa. Los bielorrusos, kazajos y sus familias contratados por empresas rusas obtendrán un permiso de residencia temporal durante el plazo del contrato. Las mismas normas se aplicarán a los ciudadanos rusos que trabajen en Bielorrusia y Kazajstán.Es bien conocido que la facilitación de la inmigración laboral procedente de los países vecinos frecuentemente provoca rechazo en la sociedad - la gente teme que aumente la criminalidad y el desempleo. Pero en el caso de la Unión Aduanera hay razones para esperar que la situación sea diferente.
Una de ellas es que los migrantes de Bielorrusia, según sondeos realizados desde el año 2007, tienen muy buena aceptación en la sociedad rusa gracias a la afinidad cultural y una buena imagen de los bielorrusos en general.
Contribuyen también factores económicos: la crisis financiera en Bielorrusia agudizó el desempleo mientras que en Rusia hay demanda de mano de obra, por ejemplo, en el sector de la construcción.
La afluencia de obreros de la construcción a Rusia podrá reducir los ritmos de la construcción en Bielorrusia donde incluso la estadística estatal, controlada por el presidente Lukashenko, pronosticó una caída de 4% a 12% en comparación con el año 2010.
En cuanto a Kazajstán, el flujo migratorio de este país prácticamente se agotó a finales de los años 90. Los migrantes que llegaban y llegan a Rusia de allí son, en su mayoría, población rusófona de origen ruso, ucraniano, alemán, que no se siente a gusto en un Kazajstán soberano. Mientras los mismos kazajos prefieren quedarse en casa.
“En este sentido, los kazajos representan un caso muy singular en el espacio postsoviético siendo esta nación muy poco afectada por los procesos migratorios, - explica Zhanna Zayonchkovskaya, experta del Laboratorio de Migración de la Academina de Ciencias de Rusia. – Tan sólo hubo una insignificante migración kazaja a las regiones frontrerizas rusas. Posiblemente esto se debe a los avances económicos de Kazajstán y a que la emigración de los rusos y alemanes brindó para los kazajos muchas oportunidades laborales dentro de su propio país”.
La experta Zhanna Zayonchkovskaya señala que, en rigor, a los rusos que marchan de Kazajstán no se les puede llamar “migrantes laborales” ya que vuelven a su patria para quedarse allí. No lo tienen muy fácil: en el reciente Congreso de Organizaciones de migrantes fueron los antiguos residentes de Kazajstán los que más se quejaron de los obstáculos que les ponen en Rusia, entre ellos la indiferencia de las autoridades locales y la hostilidad por parte de la población.
Estos problemas pusieron fin al flujo migratorio de los rusos en los años 2000, es más, obligaron a algunos de ellos volver a la capital kazaja y otras ciudades grandes. En Rusia a los que entran con fines de residencia permanente suelen ofrecerla en pequeñas ciudades o pueblos, para los que están acostumbrados a la vida en una gran ciudad es difícil cambiar de vida y se ven obligados a deshacer el camino.
En el territorio de Kazajstán residen cientos de miles de uzbekos y otros pueblos de Asia Central. Sin embargo, según Zhanna Zayonchkovskaya, la facilitación de la entrada en Rusia para ellos no influirá considerablemente en la situación migratoria.
“Kazajstán no es lo mismo que Uzbekistán, aquí hay mucha menos gente dispuesta a buscar la buena suerte en Moscú, - afirma la experta. – Kazajstán en sí es un centro de atracción para los migrantes laborales de Uzbekistán y Tayikistán- Pero ellos, como regla general, están ocupados en agricultura al sur de la república y no irán a Rusia. Además, las facilidades para trabajar en Rusia consciernen sólo a los ciudadanos de Kazajstán”.
Las facilidades para entrar y trabajar en Rusia son una buena promoción para las iniciativas integradoras en el territorio de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). “Nos gustaría que las autoridades urcanianas firmen con Rusia acuerdos similares a las de la Unión Aduanera, es una pena que no sea así, – comenta la coordinadora de programas de lucha contra el tráfico de personas de la Organización internacional de migración en Ucrania, Oxana Gorbunkova. – El negocio criminal aprovecha de estas lagunas legales para efectuar la contratación ilegal de mano de obra para no pagar impuestos y seguridad social”.
El próximo paso sería la sincronización de los sistemas de pensiones de los estados miembros de la Unión Aduanera. Actualmente, uno de los pocos obstáculos de los trabajadores bielorrusos para ser contratados en Rusia es no disponer de seguro de pensiones ruso. Este problema fue planteado ya en el año 1999, cuando se firmó el acuerdo sobre la creación del Estado Unificado de Rusia y Bielorrusia, pero no ha sido resuelto hasta ahora.
“Dentro de 15 o 20 años, millones de personas en el espacio postsoviético se quedarán sin pensión por haber trabajado fuera de sus países y no haber cotizado en el Fondo de Pensiones que les correspondía según el empadronamiento”, - dice Zayonchkovskaya.
La ratificación de los acuerdos en el marco de la Unión Aduanera es un paso más para resolverlo. Es muy satisfactorio que se vaya avanzando en esta dirección a pesar de los conflictos entre Moscú y Minsk.
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