Paquete de austeridad griego: la contrarrevolución social en Europa
30 de junio 2011
Con los votos de los socialdemócratas del partido PASOK, el Parlamento griego aprobó el miércoles un nuevo paquete de medidas de austeridad. La votación marca un hito político para el conjunto de Europa.
Ningún economista serio pone en duda que las medidas de austeridad invertirán por décadas el nivel de vida de amplias capas sociales. El paquete de austeridad adoptado por primera vez el año pasado ya contenía recortes masivos a los salarios del sector público, pensiones y otros beneficios. Al mismo tiempo aumentó los impuestos al consumo, llevando a una profunda recesión y un fuerte aumento del desempleo.
Un recorte adicional de € 28 mil millones se va a reservar para el año 2015. Esto representa un 12% del producto interno bruto de este país de 11 millones de personas. En Alemania, un recorte equivalente sería de € 300 mil millones y en Estados Unidos de $ 1.7 billones. Más € 50 mil millones serán recaudados a través de la privatización de empresas estatales.
El nuevo programa dará lugar a 150.000 recortes de empleo en los servicios públicos, la reducción del gasto social y de salud, junto con una enorme alza de impuestos para los ingresos medios. El Impuesto al Valor Agregado para los bares y restaurantes se incrementó del 13 a 23%. En Grecia, donde la economía depende en gran medida de las pequeñas empresas, esto significará la ruina para miles de personas y se profundizará la recesión.
Incluso Wolfgang Münchau, el columnista principal del Financial Times y, hasta ahora, un defensor de la austeridad, ha llegado a la conclusión de que las medidas de austeridad son "económicamente imprudentes e políticamente irresponsables". "El programa, tal como está, es política, moral y económicamente difícil de justificar", escribe.
Sin embargo, la Unión Europea ha ejercido una enorme presión sobre el Parlamento griego para que aprobara el programa. El Comisionado de Asuntos Económicos, Olli Rehn, amenazó al Estado griego con la quiebra si el plan de austeridad era rechazado. "La única manera de evitar el default inmediato es que el Parlamento apruebe el programa económico revisado", dijo en un comunicado. "Debe ser aprobado para que el próximo tramo de la ayuda financiera pueda ser liberado. Para los que especulan acerca de otras opciones, déjenme decir esto claramente: no hay plan B para evitar el default".
Por su parte el primer ministro George Papandreou ha pasado días participando en maniobras políticas e intimidaciones personales para persuadir a los miembros disidentes de su partido de dar marcha atrás. Aunque la gran mayoría del pueblo griego rechaza el paquete de austeridad, una huelga general de dos días tiene paralizado al país y decenas de miles de personas han protestado frente al Parlamento, todos menos uno de los diputados del PASOK han votado a favor de la ley, junto con un representante de la oposición del Partido Nueva Democracia.
Todo el proceso tiene claramente rasgos dictatoriales. Incluso el conservador diario griego Kathimerini concluyó: "Ya no estamos tratando con una democracia... Un país entero se ha convertido en una provincia de un imperio económico más que político, que a su vez lleva a cabo el rescate de varias empresas de inversión y agencias calificadoras con un poder monstruoso y aspiraciones codiciosas".
Los mercados financieros y bursátiles reaccionaron positivamente a la votación. Ellos interpretan el acuerdo del Parlamento griego como una señal de que ahora pueden proceder con la misma brutalidad contra la clase obrera de otros países europeos. Programas de austeridad ya se han introducido en Portugal, Irlanda, España y Gran Bretaña. A continuación, Italia, Francia y con el tiempo países más ricos como Alemania están en la agenda.
Dos años y medio después del colapso del banco norteamericano Lehman Brothers que desató la mayor crisis financiera internacional desde la década de 1930, el capital financiero internacional está comprometido activamente en recuperar los miles de millones gastados para rescatar a los bancos a expensas de los trabajadores. Se está llevando a cabo una contrarrevolución social destinada a revertir todos los avances sociales realizados por la clase obrera desde la Segunda Guerra Mundial.
En los Estados Unidos los recortes salariales del 50% y los recortes drásticos en el gasto público de los estados endeudados como California y Wisconsin han estado durante mucho tiempo en la agenda. Cualquier persona que pensaba que Europa era inmune a tales excesos por su tradición del estado de bienestar ha quedado groseramente desengañada. El euro, que se introdujo hace dos décadas aclamado como un garante de la prosperidad en el futuro, ahora está demostrando ser un mecanismo para la destrucción de las condiciones de vida de la clase obrera. El término "rescate del euro" se ha convertido en sinónimo de austeridad y deterioro social.
Para la clase obrera europea, los acontecimientos en Grecia deben permanecer como una advertencia. Es necesario sacar las lecciones políticas. Sin el apoyo de los sindicatos y los llamados partidos "de izquierda", Papandreu y sus aliados internacionales no habrían sido capaces de prevalecer.
A nivel europeo, estas organizaciones han trabajado para asegurar que no hubiera absolutamente ninguna solidaridad con los trabajadores griegos. Los partidos socialdemócratas han apoyado totalmente las demandas de la UE y respaldaron la campaña de desprestigio en contra de los supuestos "vagos griegos." Lo mismo se aplica a la sede europea de los sindicatos que se han negado a emitir una sola palabra de solidaridad.
En la misma Grecia, los sindicatos están estrechamente asociados con el PASOK. Ellos han trabajado para poner freno a la masiva oposición a las medidas de austeridad y mantenerla bajo control. Se organizaron 15 huelgas de protesta dirigidas exclusivamente a desahogarse. Todas las huelgas generales se limitan a un día, porque sabían que el gobierno podría haber resistido una huelga general indefinida sólo por unos pocos días.
Las numerosas organizaciones de seudo-izquierda en el país, como SYRIZA, Antarsya, etc. estaban defendiendo a los sindicatos y se escondieron detrás de la supuesta "no política" del movimiento de los "indignados" en la Plaza Syntagma, con el fin de suprimir cualquier discusión sobre una perspectiva revolucionaria. La convocatoria de un rechazo total a la deuda era tan tabú para estas fuerzas como la demanda de un gobierno obrero. Por el contrario, alimentaron la ilusión de que Papandreou y la UE podrían ser presionados a adoptar una política alternativa.
La contrarrevolución social, que comenzó en Grecia, sólo puede ser detenida por una ofensiva política independiente de la clase obrera. No puede ser detenida por uno o dos días de una cuidadosamente orquestada huelga general o los intentos de ejercer presión sobre el gobierno.
No hay una solución a la crisis actual en el marco del capitalismo. La burguesía griega está íntimamente ligada al capital financiero internacional. El rechazo del programa de austeridad de la Nueva Democracia es totalmente cínico. Como partido en el poder actuaría de una manera idéntica a la del PASOK. Lo mismo se aplica a la "izquierda" burguesa de organizaciones internacionales cuyos afiliados (Refundación comunista en Italia, el Partido de Izquierda en Alemania, el Partido Comunista de Francia) han apoyado medidas similares de austeridad cuando estaban en el gobierno.
Peter Schwarz
Ningún economista serio pone en duda que las medidas de austeridad invertirán por décadas el nivel de vida de amplias capas sociales. El paquete de austeridad adoptado por primera vez el año pasado ya contenía recortes masivos a los salarios del sector público, pensiones y otros beneficios. Al mismo tiempo aumentó los impuestos al consumo, llevando a una profunda recesión y un fuerte aumento del desempleo.
Un recorte adicional de € 28 mil millones se va a reservar para el año 2015. Esto representa un 12% del producto interno bruto de este país de 11 millones de personas. En Alemania, un recorte equivalente sería de € 300 mil millones y en Estados Unidos de $ 1.7 billones. Más € 50 mil millones serán recaudados a través de la privatización de empresas estatales.
El nuevo programa dará lugar a 150.000 recortes de empleo en los servicios públicos, la reducción del gasto social y de salud, junto con una enorme alza de impuestos para los ingresos medios. El Impuesto al Valor Agregado para los bares y restaurantes se incrementó del 13 a 23%. En Grecia, donde la economía depende en gran medida de las pequeñas empresas, esto significará la ruina para miles de personas y se profundizará la recesión.
Incluso Wolfgang Münchau, el columnista principal del Financial Times y, hasta ahora, un defensor de la austeridad, ha llegado a la conclusión de que las medidas de austeridad son "económicamente imprudentes e políticamente irresponsables". "El programa, tal como está, es política, moral y económicamente difícil de justificar", escribe.
Sin embargo, la Unión Europea ha ejercido una enorme presión sobre el Parlamento griego para que aprobara el programa. El Comisionado de Asuntos Económicos, Olli Rehn, amenazó al Estado griego con la quiebra si el plan de austeridad era rechazado. "La única manera de evitar el default inmediato es que el Parlamento apruebe el programa económico revisado", dijo en un comunicado. "Debe ser aprobado para que el próximo tramo de la ayuda financiera pueda ser liberado. Para los que especulan acerca de otras opciones, déjenme decir esto claramente: no hay plan B para evitar el default".
Por su parte el primer ministro George Papandreou ha pasado días participando en maniobras políticas e intimidaciones personales para persuadir a los miembros disidentes de su partido de dar marcha atrás. Aunque la gran mayoría del pueblo griego rechaza el paquete de austeridad, una huelga general de dos días tiene paralizado al país y decenas de miles de personas han protestado frente al Parlamento, todos menos uno de los diputados del PASOK han votado a favor de la ley, junto con un representante de la oposición del Partido Nueva Democracia.
Todo el proceso tiene claramente rasgos dictatoriales. Incluso el conservador diario griego Kathimerini concluyó: "Ya no estamos tratando con una democracia... Un país entero se ha convertido en una provincia de un imperio económico más que político, que a su vez lleva a cabo el rescate de varias empresas de inversión y agencias calificadoras con un poder monstruoso y aspiraciones codiciosas".
Los mercados financieros y bursátiles reaccionaron positivamente a la votación. Ellos interpretan el acuerdo del Parlamento griego como una señal de que ahora pueden proceder con la misma brutalidad contra la clase obrera de otros países europeos. Programas de austeridad ya se han introducido en Portugal, Irlanda, España y Gran Bretaña. A continuación, Italia, Francia y con el tiempo países más ricos como Alemania están en la agenda.
Dos años y medio después del colapso del banco norteamericano Lehman Brothers que desató la mayor crisis financiera internacional desde la década de 1930, el capital financiero internacional está comprometido activamente en recuperar los miles de millones gastados para rescatar a los bancos a expensas de los trabajadores. Se está llevando a cabo una contrarrevolución social destinada a revertir todos los avances sociales realizados por la clase obrera desde la Segunda Guerra Mundial.
En los Estados Unidos los recortes salariales del 50% y los recortes drásticos en el gasto público de los estados endeudados como California y Wisconsin han estado durante mucho tiempo en la agenda. Cualquier persona que pensaba que Europa era inmune a tales excesos por su tradición del estado de bienestar ha quedado groseramente desengañada. El euro, que se introdujo hace dos décadas aclamado como un garante de la prosperidad en el futuro, ahora está demostrando ser un mecanismo para la destrucción de las condiciones de vida de la clase obrera. El término "rescate del euro" se ha convertido en sinónimo de austeridad y deterioro social.
Para la clase obrera europea, los acontecimientos en Grecia deben permanecer como una advertencia. Es necesario sacar las lecciones políticas. Sin el apoyo de los sindicatos y los llamados partidos "de izquierda", Papandreu y sus aliados internacionales no habrían sido capaces de prevalecer.
A nivel europeo, estas organizaciones han trabajado para asegurar que no hubiera absolutamente ninguna solidaridad con los trabajadores griegos. Los partidos socialdemócratas han apoyado totalmente las demandas de la UE y respaldaron la campaña de desprestigio en contra de los supuestos "vagos griegos." Lo mismo se aplica a la sede europea de los sindicatos que se han negado a emitir una sola palabra de solidaridad.
En la misma Grecia, los sindicatos están estrechamente asociados con el PASOK. Ellos han trabajado para poner freno a la masiva oposición a las medidas de austeridad y mantenerla bajo control. Se organizaron 15 huelgas de protesta dirigidas exclusivamente a desahogarse. Todas las huelgas generales se limitan a un día, porque sabían que el gobierno podría haber resistido una huelga general indefinida sólo por unos pocos días.
Las numerosas organizaciones de seudo-izquierda en el país, como SYRIZA, Antarsya, etc. estaban defendiendo a los sindicatos y se escondieron detrás de la supuesta "no política" del movimiento de los "indignados" en la Plaza Syntagma, con el fin de suprimir cualquier discusión sobre una perspectiva revolucionaria. La convocatoria de un rechazo total a la deuda era tan tabú para estas fuerzas como la demanda de un gobierno obrero. Por el contrario, alimentaron la ilusión de que Papandreou y la UE podrían ser presionados a adoptar una política alternativa.
La contrarrevolución social, que comenzó en Grecia, sólo puede ser detenida por una ofensiva política independiente de la clase obrera. No puede ser detenida por uno o dos días de una cuidadosamente orquestada huelga general o los intentos de ejercer presión sobre el gobierno.
No hay una solución a la crisis actual en el marco del capitalismo. La burguesía griega está íntimamente ligada al capital financiero internacional. El rechazo del programa de austeridad de la Nueva Democracia es totalmente cínico. Como partido en el poder actuaría de una manera idéntica a la del PASOK. Lo mismo se aplica a la "izquierda" burguesa de organizaciones internacionales cuyos afiliados (Refundación comunista en Italia, el Partido de Izquierda en Alemania, el Partido Comunista de Francia) han apoyado medidas similares de austeridad cuando estaban en el gobierno.
Peter Schwarz
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