lunes, 4 de julio de 2011

PRIMAVERA EN SENEGAL (2)

El presidente de Senegal enfrenta una crisis política y eléctrica
03 de julio 2011 | 1326 GMT

Resumen
Las protestas contra el gobierno del presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, se han intensificado desde que el Presidente presentó un intento de modificar la constitución a finales de junio que le permitiría un tercer mandato e instalar a su hijo como sucesor. La ira popular sobre los cambios propuestos, agravada por una crisis eléctrica, culminó en una serie de disturbios en todo el país el 27 de junio. Wade no corre peligro inmediato de ser expulsado, pero se está formando una división dentro del partido ya que miembros del partido están reconsiderando la posibilidad de apoyar al cada vez más impopular presidente para un tercer mandato.

Análisis
Las actuales protestas contra el gobierno de Senegal se han intensificado desde el 21 de junio hasta llegar a violentos disturbios. El malestar fue provocado por el intento del presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, de enmendar la constitución para extender el mandato presidencial y colocar a su hijo, Karim Wade, como su sucesor. Esto culminó en una serie de protestas el 28 de junio contra un corte de electricidad efectuado por Senelec, la empresa estatal de energía, durante la cual varios edificios gubernamentales y de Senelec fueron incendiados.
Wade, ya impopular en medio de la crisis eléctrica en curso, está perdiendo el control del poder. Su intento de ampliar su poder fracasó (la reforma constitucional propuesta fue retirada el 23 de junio) y las protestas generalizadas marcan un punto crucial en la creciente desconfianza del pueblo. Esto se ve agravado por los problemas de electricidad del país, que se espera que empeoren en los meses más calurosos del año cuando aumenta la demanda de electricidad. El régimen de Wade no corre peligro inmediato de caer aunque la oposición contra él sigue creciendo, pero ocho meses antes de las próximas elecciones presidenciales ya se están formando divisiones dentro de su partido con algunos miembros que están re-evaluando la posibilidad de continuar apoyándolo.
La enmienda constitucional propuesta por Wade, presentada a finales de junio, disminuía el porcentaje de votos necesarios para que un candidato presidencial evitara la segunda vuelta electoral (ballotage) desde más de 50 a 25. También creaba el cargo de vicepresidente, que entre otras funciones sería el primero en la línea de sucesión a la presidencia en caso de fallecimiento o incapacidad del presidente. Esta enmienda esencialmente sienta las bases para que Karim, el actual ministro de Estado para la Cooperación Internacional, Desarrollo Regional, Transporte Aéreo e Infraestructura, tome el relevo.
La noticia de la propuesta se conoció el 21 de junio y un gran número de manifestantes, que van desde los jóvenes de las coaliciones religiosas a los líderes políticos de la oposición, invadieron la Asamblea Nacional de Dakar, con otras manifestaciones a lo largo de los días siguientes en Dakar que se extendieron a las ciudades de St. Louis, Koalak, Kolda y Ziguinchor. Algunos manifestantes pidieron la dimisión de Wade y su hijo, mientras que otros pidieron un cambio de régimen completo y un gobierno de transición. Los manifestantes quemaron coches y edificios en Dakar y bloquearon las principales carreteras de la ciudad. El ministro de Justicia, Cheikh Tidiane Sy retiró el 23 de junio la parte de la propuesta relativa a la reelección y luego la retiró totalmente en el pico de los disturbios. Más de 102 personas en todo el país resultaron heridas en los disturbios, entre ellos 13 policías.
Las protestas contra la propuesta de reforma constitucional han disminuido, pero fueron sustituidas por manifestaciones por otros problemas pre-existentes, entre ellas los recurrentes apagones recurrentes en el país. La Agencia Nacional de Estadística y Demografía de Senegal informó el 13 de junio que la producción de electricidad del país disminuyó un 11,1% en el primer trimestre de 2011 comparada con el mismo periodo de 2010. La demanda de electricidad, por otro lado, se ha incrementado en un promedio de 7% anual desde 2004. El gobierno ha tratado de aliviar la presión sobre la infraestructura operativa de Senelec, especialmente durante las horas de máxima demanda. El director de Senelec, Seydina Kane, recientemente ha promocionado una expansión de la red eléctrica y el gobierno ha comenzado a implementar una serie de reformas que restringen las importaciones de nuevas tecnologías para eficiencia eléctrica y la aplicación de una ley donde los ciudadanos que cambien a luces no incandescentes recibirán una bonificación del 15% en su factura mensual de electricidad. Sin embargo estas reformas se han centrado en la reducción del consumo a partir de los gastos (en una nueva matriz eléctrica) de los consumidores, no en abordar la cuestión más inmediata de la incapacidad de Senelec de aumentar rápidamente la producción eléctrica. Por otra parte, los opositores tienen en cuenta que estas políticas de la administración Wade premian a las empresas e individuos ricos que pueden permitirse el lujo de cambiar sus sistemas de corriente eléctrica, no al promedio de la familia senegalesa.
La incapacidad del partido en el poder para aumentar la fiabilidad y la capacidad de Senelec llegó al tope el 27 de junio, después de algunas zonas del país habían estado sin electricidad durante dos días. Los manifestantes atacaron, saquearon y destruyeron las oficinas de Senelec en Dakar, Keur Massar, Mbour y Thies, lo que llevó al gobierno a desplegar a los militares en todo el país para restablecer el orden. Se situaron puestos de seguridad en los edificios clave del gobierno, incluyendo vehículos blindados cerca del palacio presidencial y se desplegó un helicóptero para la vigilancia aérea. Las protestas comenzaron a dispersarse por la mañana del 28 de junio, pero Senelec sigue siendo incapaz de soportar la demanda de electricidad del país, lo que garantiza que las protestas populares por los apagones continuarán.
La credibilidad de Wade, tanto en el pueblo como entre los miembros de su partido, es baja. El no corre peligro inmediato de ser derrocado, pero su partido sin duda está volviendo a examinar si aprueba a Wade para un nuevo mandato. Está surgiendo una división dentro del partido entre los elementos pro-Wade y los leales al primer ministro Souleymane Ndene Ndiaye. Las protestas también puede provocar que la oposición rebelde se una contra Wade antes de las elecciones, algo que no ha sido capaz de lograr hasta el momento. Esto también podría obligar a Wade a considerar otras alternativas en su intento de mantenerse en el poder.

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