domingo, 16 de octubre de 2011

DEL MAYO FRANCES AL OCTUBRE MUNDIAL

"Si quieres resolver el problema vuelve al lugar donde éste se originó". La frase se aplica perfectamente a Estados Unidos, cuna de la crisis mundial que desde su nacimiento inmobiliario, igual que en la crisis de 1930, se desparramó a todo el mundo, golpeando con enorme fuerza a la Unión Europea. El golpe está disolviendo aquel sueño de ser una "unión" y en el camino está destruyendo todo vestigio de la "fortaleza Europa".
El 15 de septiembre fue la convocatoria oficial de la primera jornada del movimiento "Occupy Wall Street", tímidamente iniciado unos días antes por apenas una docena de jóvenes, que fueron detenidos en la primera noche en que intentaron acampar. Y la convocatoria fue lanzada a todo el mundo y a todo Estados Unidos. Un mes después en 900 ciudades y 82 países, el repudio a la elite financiera se hizo sentir con fuerza.
Llamativamente todo está sucediendo en octubre, el mes más irritante del calendario, el mes que convoca revoluciones y protestas.
Alrededor de 500.000 personas salieron anoche a las calles de Madrid para sumarse a las protestas convocadas en numerosas ciudades del mundo por indignación con la situación económica, informó el corresponsal de RIA Novosti.
Ayer, sábado, los manifestantes se congregaron en la plaza de Cibeles y se dirigieron por las calles centrales hacia la plaza de la Puerta del Sol, con pancartas “Unid@s por un cambio global”.
La policía vigiló el orden en la capital española, la manifestación transcurrió de forma pacífica.
Miles de personas salieron a las calles en más de 900 ciudades de 82 países del mundo, inspiradas por el movimiento “Ocupar Wall Street”, lanzado a mediados de septiembre en Estados Unidos.
La mayoría de protestas fueron pacíficas, aunque la manifestación en Roma se transformó en desórdenes que causaron 70 heridos, tres de ellos en estado grave.
Mientras tanto, más de 70 manifestantes fueron detenidos en Nueva York durante las nuevas protestas. Más de 5.000 personas se unieron al tradicional grito de “somos el 99%” en oposición al 1% de las empresas y hombres más ricos del mundo

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