jueves, 28 de junio de 2012

NARCOTRÁFICO EN HONDURAS

Intensificación de la lucha contra las drogas en Honduras
http://www.stratfor.com/analysis/honduras-intensifying-drug-fight

Resumen
Un avión bimotor que transportaba cocaína se estrelló el 13 de junio en Honduras, cerca de la localidad de Los Lirios, en el departamento de Olancho, cuando era perseguido por helicópteros militares y aviones Super Tucano de Honduras. Según los testigos, los helicópteros derribaron al avión, que tenía dos agujeros de bala en una pala de la hélice.
El incremento del tráfico de drogas en Honduras y la mayor cooperación entre Honduras y las fuerzas estadounidenses dan credibilidad a los informes. El incidente señala un posible cambio hacia esfuerzos de interdicción de drogas más agresivos por parte de Honduras, respaldados por Estados Unidos.

Análisis
El accidente ocurrió en la zona este de Honduras, con baja densidad de población, donde importantes cantidades de drogas llegan por aire y por mar desde América del Sur. Las limitadas fuerzas de seguridad hondureñas en la zona carecen del equipo y del personal necesario para controlar el tráfico frecuente en algunas partes de los departamentos de Olancho, Gracias a Dios, Colón y Yoro.



Las fuerzas hondureñas también derribaron aviones que transportaban droga en 2003 y 2009, pero la falta de cobertura de radares militares significa que aviones cargados de droga generalmente procedentes de Venezuela o Colombia, pueden ingresar al espacio aéreo hondureño sin oposición. Los contrabandistas de drogas han estado aterrizando aviones en el oriente de Honduras al menos desde 2006, aunque reportes de medios locales sugieren que la actividad ha aumentado significativamente desde 2009. Los traficantes han construido una red de pistas de aterrizaje en la región y disfrutan de la lealtad de la población local, lo que hace difícil la disuasión del gobierno.
Una vez en tierra, las drogas son enviadas por la Federación de Sinaloa y Los Zetas, a menudo a través de redes locales, hacia el norte por tierra a lo largo del límite de Honduras con Guatemala y El Salvador. El grado de influencia de los carteles mexicanos en Honduras se mostró claramente en diciembre de 2009, cuando hombres armados que presuntamente trabajaban para la Federación de Sinaloa, mataron a tiros al general Julián Arístides González, jefe de la Dirección Nacional contra el narcotráfico de ese país. El asesinato es un ejemplo de lo vulnerable que son los funcionarios hondureños a ser marcados por la intimidación violenta de los carteles mexicanos violenta. Dados los recursos limitados del Estado y la magnitud de la amenaza, las autoridades gubernamentales hondureñas tienen poco incentivo –más allá de la presión de Estados Unidos para reducir los flujos de narcóticos- como para ponerse en peligro al intervenir.
El Departamento de Estado norteamericano estima que cerca del 80% de la cocaína sudamericana que va hacia Estados Unidos transita por Honduras, por lo que Washington ha aumentado su presencia contra el narcotráfico en el país. En 2011, la DEA estadounidense envió equipos de apoyo y asesoramiento (Advisory Support Teams) de despliegue externo y fuerzas de operaciones especiales para entrenar a las fuerzas de seguridad hondureñas y ayudar en las operaciones. Personal militar estadounidense de la sede hondureña de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo ayudó a las Fuerzas Armadas hondureñas a establecer y operar un mínimo de tres bases de avanzada en las zonas conocidas de acogida a las pistas utilizadas para los envíos de drogas. Debido a la limitada capacidad de Honduras para realizar un seguimiento de vuelos cargados de drogas y desplegar rápidamente sus fuerzas, la asistencia de Estados Unidos sigue siendo clave para el éxito del patrullaje y las intercepciones.
El ritmo creciente y el alcance de las actividades conjuntas antinarcóticos en Honduras podría, sin embargo, conducir a un aumento de las muertes no deseadas de civiles. Los líderes políticos locales ya han reaccionado negativamente a una redada policial dirigida por la DEA en Ahuas, departamento de Gracias a Dios, que dejó cuatro civiles muertos y dos heridos. Si crecen las víctimas civiles de las operaciones antidrogas, podría surgir una oposición activa a la presencia de las fuerzas de seguridad, lo que complicaría los esfuerzos de Estados Unidos y Honduras.
Un aumento en los esfuerzos de aplicación de la ley también podría provocar una reacción violenta de las organizaciones mexicanas de tráfico de drogas. Los traficantes no pueden sustituir fácilmente al oriente de Honduras como punto de entrada del tráfico. Por lo tanto, no dudarán en luchar y utilizar sus recursos superiores para intimidar a los funcionarios locales. Dado que los proveedores de drogas que operan en Honduras necesitan un control continuado a lo largo de las rutas de tráfico de drogas, y dado que Estados Unidos teme que la crisis en la región pueda convertirse en una amenaza estratégica seria, Honduras se encuentra atrapada por la geografía en el centro de una lucha que no puede controlar.

No hay comentarios: