martes, 28 de mayo de 2013

LOS TRABAJADORES MIGRANTES CHINOS

Los trabajadores migrantes chinos: una bendición y un desafío
http://www.stratfor.com/analysis/chinas-migrant-workers-boon-and-challenge

Resumen
Los patrones de migración en China están cambiando. En los últimos años, menores cantidades de personas se han trasladado a las costas en busca de trabajo y más trabajadores migrantes que ya están en las costas han regresado al interior. Este patrón de trabajo cambiante podría resultar un alivio temporal para Beijing, ya que el mantenimiento del empleo es fundamental para la estabilidad social de China y los centros industriales de la costa no son capaces de dar trabajo a casi todos los trabajadores poco calificados disponibles, como en años anteriores. Asimismo, se inscribe en el plan de China para desarrollar su economía hacia el interior que las regiones puedan hacerse cargo de la mayor parte de la producción de baja gama y se embarquen en la urbanización, liberándose de los centros de producción costeros para desarrollar una mayor actividad, agregar valor y facilitar así la transición de China hacia un modelo económico basado en el consumo.
Pero aunque los trabajadores migrantes se están moviendo hacia el interior, no lo se están dirigiendo hacia allí necesariamente para tomar los empleos en la manufactura de baja calificación que son ampliamente disponibles. Muchos de los migrantes, especialmente los trabajadores de las zonas rurales de las provincias del interior, están volviendo a trabajar en la agricultura, la industria de servicios o en otros sectores que les resultan más atractivos. Las fábricas del interior están enfrentando un desafío creciente para contratar la mano de obra necesaria. La tendencia actual en la economía del interior es parte de un problema más grande que eventualmente deberá enfrentar toda China: los cambios demográficos en el país -el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población- harán imposible contar con una oferta ilimitada de mano de obra barata que impulse el crecimiento económico en el futuro.

Análisis
Estimada en 250 millones de personas, la mano de obra migrante de China es la más grande del mundo. Dos principales factores han contribuido a su aparición en las últimas décadas: en primer lugar, una mano de obra excedente disponible en la transición de China desde una economía principalmente agrícola hacia una economía industrial orientada a la exportación desde 1980. En segundo lugar, el rápido desarrollo a lo largo de la costa que se convirtió en la destino lógico de gran parte de esa mano de obra excedente. Estos trabajadores proveyeron al país un suministro casi inagotable de mano de obra barata no calificada para la fabricación y construcción de infraestructura a lo largo de la costa, y en gran parte han sostenido el milagro económico del país.
Debido al carácter relativamente intercambiable de los trabajadores migrantes (la mayoría son trabajadores con contratos temporales y no reciben los beneficios que les atarían a largo plazo a sus puestos de trabajo), estos trabajadores son los más sensibles a los cambios sociales y económicos. En consecuencia, el movimiento de trabajadores migrantes ofrece una referencia de las perspectivas económicas del país, en particular para el sector manufacturero de mano de obra intensiva, que cuenta con más de un tercio de los trabajadores migrantes totales. Para ponerlo en perspectiva, la construcción emplea al 25 por ciento de los trabajadores y la industria de servicios alrededor del 15 por ciento.
Las autoridades de Beijing están viendo con cuidado esta tendencia, ya que la situación del empleo es clave para mantener la estabilidad social. Durante la crisis financiera de 2008-09, más de 20 millones de trabajadores migrantes perdieron sus puestos de trabajo como resultado de los cierres de fábricas. Esto contribuyó a la inestabilidad que se vivió a través de los conflictos entre los trabajadores migrantes y sus antiguos empleadores en las ciudades y en los conflictos de tierras que involucraban a trabajadores que regresaban a sus hogares rurales después de perder sus puestos de trabajo en la ciudad.

El cambio en las migraciones laborales
El actual cambio en los patrones de mano de obra migrante es diferente al que siguió a la crisis financiera de 2008-09. Como resultado de la presión de Beijing para desarrollar el interior y reubicar las plantas de fabricación de la costa, muchas provincias del interior están técnicamente en condiciones de absorber una mayor parte de la fuerza de trabajo de la que tenían antes. Según estimaciones oficiales, el empleo de trabajadores migrantes retornados en las provincias centrales y occidentales representó el 34,3 por ciento del empleo total de migrantes en 2011, un aumento del 5,7 por ciento desde 2008. En particular, en el suroeste de Sichuan y en las provincias centrales de Henan -que en conjunto representan casi el 20 por ciento de los trabajadores migrantes totales del país- se produjo un aumento del 50 por ciento de los trabajadores migrantes que regresan a trabajar en las dos provincias en los últimos cinco años. De hecho, en las dos provincias, el empleo intraprovincial de los trabajadores migrantes ya había superado el número de los que están empleados fuera de la provincia.
Más allá del imperativo político de Beijing para impulsar el desarrollo interior, el amplio descontento de los trabajadores y la inflación han aumentado los costos de la mano de obra, la energía y las materias primas a lo largo de la costa desde 2010, por lo que es un lugar menos atractivo para las industrias sensibles a los costos que ya están operando con bajos márgenes de beneficio. Como resultado, algunos grandes fabricantes nacionales y extranjeros han trasladado sus plantas de montajes y centros de investigación hacia el interior. Sólo la relocalización de Foxconn, con sede en Taiwán, a Chengdu y Zhengzhou mandó a más de 150.000 trabajadores migrantes de vuelta a sus ciudades de provincia. Unilever, Samsung y Dell, así como una serie de empresas nacionales también han trasladado sus plantas de fabricación y centros de investigación al interior, acarreando con ellos puestos de trabajo para otros sectores, como las industrias de la construcción y de servicios.



Mientras que el trabajo excedente sigue siendo el principal reto a nivel nacional, ya ha surgdo una esporádica escasez de mano de obra. Estas carencias han sido causadas ​​principalmente por la falta de orientación para los trabajadores migrantes que regresan a sus hogares, por las mayores expectativas que tienen los trabajadores migrantes más jóvenes respecto a las generaciones anteriores, y la escasez de mano de obra calificada. De hecho, fenómenos de escasez se reportan desde 2004, principalmente a lo largo de la costa este y se producen sobre todo alrededor del Año Nuevo chino, cuando los trabajadores migrantes regresan a casa para estar con sus familias. Desde 2010, sin embargo, esto se ha convertido en un fenómeno que prevalece durante todo el año.
Más notables son las carencias en el interior, a medidas que las fábricas reubicadas aumentan la demanda de trabajadores no calificados.
Hasta cierto punto, estos cambios en el movimiento obrero migrante pueden ser útiles en el corto plazo para Beijing, ya que reducen la presión que pudiera ejercerse sobre el gobierno en la búsqueda de asegurarse los puestos de trabajo disponibles y por lo tanto reduce el riesgo de una inestabilidad motivada por el desempleo, el cual es impulsado por el superávit global de mano de obra. Los puestos de trabajo costeros de baja calificación están disminuyendo, tendencia que seguramente continuará en el futuro, así que los trabajos disponibles en el interior pueden ayudar a aliviar la preocupación del gobierno sobre la estabilidad. Esto también le da al gobierno una cierta flexibilidad para tratar de reestructurar su modelo económico hacia uno menos dependiente de las exportaciones, por ejemplo, ya no sería necesario subsidiar industrias sólo para resguardar los puestos de trabajo en las fábricas de baja gama a lo largo de la costa. Sin embargo, sin una estructura industrial adecuada entre las zonas del interior y la costa, el desplazamiento del movimiento obrero puede presentar más retos en el largo plazo.

Desafíos potenciales
Beijing necesita a la región del interior para crear un modelo económico sostenible, pero ya han surgido algunos signos preocupantes.
En los últimos años las áreas del interior son destinos atractivos para los fabricantes debido a que sus costos de mano de obra, la tierra y los servicios públicos son significativamente más bajos que los de la costa, por no mencionar el potencialmente enorme mercado de consumo interno que la presencia industrial podría ayudar a crear. Bajo la iniciativa de Beijing y con los incentivos económicos proporcionados por los gobiernos locales, las empresas productoras -en particular algunas de las grandes empresas nacionales y extranjeras- lideran el camino en el traslado hacia el interior, apostando a que las ventajas comparativas y el potencial para abrir un nuevo mercado resulten lucrativos. Según las estimaciones, las industrias de mano de obra intensiva como textiles, prendas de vestir y cuero curtido representan un total del 13 por ciento de las fábricas reubicadas. Mientras tanto, en algunos sectores de alta tecnología como la producción electrónica también se produjo un mayor grado de deslocalización industrial.
Sin embargo, desde 2011, las provincias del interior han sido víctimas de la misma ola inflacionaria que la costa, continuando con un aumento general de los costos de las materias primas y un masivo gasto de estímulos del gobierno. Mientras tanto, la creciente necesidad de los trabajadores de las provincias del interior ha obligado a algunas empresas a aumentar los salarios para que el interior sea un lugar más atractivo para trabajar. Tras una serie de alzas del salario mínimo por parte de los gobiernos estatales y locales, algunas provincias del interior han visto que la diferencia de salarios en comparación con sus homólogos costeros disminuye hasta un nivel inferior al de los años anteriores. En la provincia occidental subdesarrollada de Ningxia, el salario mínimo oscila entre 950 yuanes a 1.100 yuanes ($ 150 a $ 174), similar a los 1050 yuanes de salario mínimo de la provincia central de Sichuan. Esto es sólo un 10 por ciento menos del salario de algunas regiones costeras, tales como Beijing.
Además de que las empresas del interior tienen que pagar salarios más altos, también tienen que lidiar con una peor infraestructura y unas instalaciones que algunas estimaciones dicen añaden por lo menos un 20-30 por ciento de los costos de logística en comparación con las regiones costeras, dependiendo de cada localización interior particular. Esto también resulta menos competitivo y potencialmente menos atractivo en el largo plazo para los productores de mano de obra intensiva. Hay empresas que reciben subvenciones públicas para compensar su mudanza hacia el interior, pero la continuación de los costos crecientes y la infraestructura débil son sin duda un factor a tener en cuenta en las decisiones en materia de reubicación en los próximos años.
Otro reto es el hecho de que muchos trabajadores migrantes están cada vez más alejando de manufactura de baja remuneración y el trabajo de construcción. Hasta el momento, aparte de unas pocas grandes empresas, muchos fabricantes nacionales están teniendo dificultades para contratar trabajadores con las condiciones salariales y de trabajo que ofrecen. Esto puede ser debido en parte a la falta de servicios públicos y las oportunidades educativas que se ofrecen a los trabajadores migrantes del interior, en particular los utilizados para las condiciones a lo largo de la costa, donde los trabajadores en general demandan mayores estándares mínimos para las condiciones de trabajo.
Las diferencias generacionales también pueden contribuir a esta falta de reclutas. Muchos de los que emigraron a las costas en la década de 2000, la segunda ola de la migración en la historia moderna de China, se han acostumbrado a las ventajas sociales que ofrece vivir en un gran centro urbano, las que eran menos importantes para la generación de sus padres. Para muchos de ellos, volver hacia el interior es una opción poco atractiva y será tomada en cuenta sólo si no pueden encontrar un empleo en la costa.
Beijing quiere que las provincias del interior asuman la función de base de manufacturas de baja calificación, liberándose de las regiones costeras para empezar a actualizar sus capacidades industriales para hacerlas más rentables, con mayor valor agregado. Sin embargo, la escasez de trabajo recurrente en particular de mano de obra no calificada en el interior, indica que este proceso todavía está muy lejos.

Los obstáculos demográficos



Ampliando estos desafíos está el cambiante panorama demográfico del país para las próximas décadas. Con la tasa de natalidad disminuyendo desde los años 1970, China se está acercando gradualmente a un punto en que la población llegará a su máximo nivel en los próximos 10 a 15 años. Alrededor del año 2025, la plantilla de 25 a 35 años se reducirá en un 7.8 por ciento respecto al nivel de 2010. Mientras que las zonas rurales de China siguen generando un gran número de trabajadores migrantes, la tasa de crecimiento general de las personas que ingresan en la fuerza laboral se está desacelerando. La limitación de mano de obra migrante significa dos cosas para la economía china: aumento de los costos laborales y escasez de mano de obra, mientras que la mano de obra barata y abundante ha sido el pilar fundamental del modelo económico impulsado por las exportaciones.
China es un país compuesto, tiene un área de desarrollo y un área en desarrollo que compiten al mismo tiempo para que el gobierno central adapte sus políticas a sus necesidades. A diferencia de muchos países desarrollados, donde la modernización industrial y la transición a una economía impulsada por el consumo fueron completadas en el momento en que cantidad de mano de obra y la perspectiva demográfica global eran estables o disminuían, ese no es el caso de China. La dependencia de la mano de obra barata ha demostrado ser la única forma segura de generar crecimiento económico, y por lo tanto la estructura demográfica cambiante será un obstáculo importante para el desarrollo futuro del país. A medida que los cambios se acercan, los esfuerzos de China para ajustar su modelo económico se volverán más urgentes en los próximos años. 

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