jueves, 16 de mayo de 2013

EL DESAFIO GEOGRÁFICO ITALIANO




Transcripción del video:
Italia es un país peninsular del sur de Europa que limita con Francia, Suiza, Austria y Eslovenia. Hay dos estados independientes, Ciudad del Vaticano y San Marino, en su territorio.
Los Apeninos hacen que el país sea montañoso extendiendo la longitud de la península y los Alpes actúan como una barrera natural entre Italia y los países vecinos. También tiene las dos islas más grandes del Mediterráneo, Sicilia y Cerdeña.
El núcleo de Italia es el valle del Po, una de las regiones más prósperas de Europa y corazón del norte industrial. La parte sur del país tiene un perfil más agrícola y ha sido tradicionalmente menos desarrollada.
La capital de Italia, Roma, una vez fue el centro de un vasto imperio que se extendía sobre gran parte de Europa, norte de África y el Levante. Después de la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo quinto, Italia estaba fragmentada en pequeños reinos, repúblicas y ducados.
La posición privilegiada de Italia en el corazón del Mediterráneo y la riqueza de sus centros económicos hizo de la península un territorio de invasión constante por parte de las tribus germánicas en el siglo quinto y de los imperios francés, austriaco y español en los siglos 18 y 19.
Por otra parte, la geografía accidentada de Italia llevó al desarrollo de identidades regionales fuertes. Como resultado, el país no logró la unidad política hasta la década de 1860.
El principal reto geográfico de Italia es el de preservar su unidad territorial y desarrollar un gobierno central relativamente estable lidiando con fuertes intereses regionales y fuerzas políticas díscolas. La crisis de la eurozona ha intensificado este desafío.

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