El documental Narco Cultura, del periodista Shaul Schwarz, con localidades agotadas en cada exhibición en la Berlinale, explora la cultura marginal en Ciudad Juárez y denuncia el absurdo de la guerra contra las drogas.
Mientras El Paso, Texas, con 5 homicidios en 2010, fue declarada ese año la ciudad más segura de Estados Unidos, del otro lado de la frontera, en Ciudad Juárez, Chihuahua, el número de muertos creció a un ritmo exponencial. En el 2007 fueron registrados 320 homicidios, tres años después hubo 3.622 asesinatos. "He estado en muchos lugares en conflicto como Afganistán, Gaza, pero la intensidad en Ciudad Juárez no tiene igual. Son unos cuantos pasos los que la separan de El Paso, pero es como entrar en el infierno", afirma Shaul Schwarz en conversación con DW.
El periodista de guerra sigue con su cámara a Richie Soto, un oficial del Servicio Médico Forense (Semefo), que le ayuda a documentar la ensangrentada realidad de los juarenses. Se ve a madres desconsoladas que gritan y luchan contra oficiales que no las dejan pasar a una escena del crimen. Ellas temen que sus hijos están entre los muertos. El espectador es testigo del dolor, la violencia y el miedo con el que vive la población de una ciudad cuyas calles se ven vacías. "Muchos compañeros renunciaron a su puesto por miedo, por la inseguridad", cuenta Richie Soto, que enseña una fotografía que muestra a compañeros suyos que fueron asesinados.
Las imágenes contrastan con el segundo protagonista de la cinta, el cantante de narco corridos Edgar Quintero, que contribuye con su trabajo a idealizar a los narcotraficantes. "Los clientes piden y pagan y yo les traigo el encargo", canta burlonamente subido en un automóvil con vidrios oscuros. Quintero cuenta que estuvo en la cárcel. "Mi hijo tiene 2 años y mi hija tiene dos meses y tengo que pensar en el futuro", dice ante la cámara.
"Tanto Richie como Edgar, no están vinculados con la guerra directamente. Ellos representan a los cientos de miles de personas inocentes que están implicadas en el conflicto. Edgar incluso está aprendiendo a glorificar a los narcos", dice Schwarz, cuyo documental fue estrenado en el festival de cine independiente de Sundance, antes de tener su estreno europeo en Berlín.
Mientras El Paso, Texas, con 5 homicidios en 2010, fue declarada ese año la ciudad más segura de Estados Unidos, del otro lado de la frontera, en Ciudad Juárez, Chihuahua, el número de muertos creció a un ritmo exponencial. En el 2007 fueron registrados 320 homicidios, tres años después hubo 3.622 asesinatos. "He estado en muchos lugares en conflicto como Afganistán, Gaza, pero la intensidad en Ciudad Juárez no tiene igual. Son unos cuantos pasos los que la separan de El Paso, pero es como entrar en el infierno", afirma Shaul Schwarz en conversación con DW.
El periodista de guerra sigue con su cámara a Richie Soto, un oficial del Servicio Médico Forense (Semefo), que le ayuda a documentar la ensangrentada realidad de los juarenses. Se ve a madres desconsoladas que gritan y luchan contra oficiales que no las dejan pasar a una escena del crimen. Ellas temen que sus hijos están entre los muertos. El espectador es testigo del dolor, la violencia y el miedo con el que vive la población de una ciudad cuyas calles se ven vacías. "Muchos compañeros renunciaron a su puesto por miedo, por la inseguridad", cuenta Richie Soto, que enseña una fotografía que muestra a compañeros suyos que fueron asesinados.
Las imágenes contrastan con el segundo protagonista de la cinta, el cantante de narco corridos Edgar Quintero, que contribuye con su trabajo a idealizar a los narcotraficantes. "Los clientes piden y pagan y yo les traigo el encargo", canta burlonamente subido en un automóvil con vidrios oscuros. Quintero cuenta que estuvo en la cárcel. "Mi hijo tiene 2 años y mi hija tiene dos meses y tengo que pensar en el futuro", dice ante la cámara.
"Tanto Richie como Edgar, no están vinculados con la guerra directamente. Ellos representan a los cientos de miles de personas inocentes que están implicadas en el conflicto. Edgar incluso está aprendiendo a glorificar a los narcos", dice Schwarz, cuyo documental fue estrenado en el festival de cine independiente de Sundance, antes de tener su estreno europeo en Berlín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario