Asegura Luisa María Calderón que ella pidió que no se hablara con los
templarios
La confirmación de que integrantes del grupo criminal
Caballeros templarios se reunieron con legisladores el pasado 17 de
octubre provocó revuelo y posturas contradictorias en el Senado. La panista
Luisa María Calderón reiteró que ella pidió que no se llevara a cabo el
encuentro, autorizado por el presidente de la mesa directiva, Raúl
Cervantes.
Tanto Cervantes como el coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa
Patrón, respondieron que ella debió haber presentado la denuncia, en caso de que
tuviera pruebas de que el grupo de michoacanos que pidió ser atendido para
tratar un tema de seguridad eran en realidad templarios.Asimismo, Gamboa Patrón rechazó que el Senado esté infiltrado por el crimen organizado.
La senadora Calderón reveló que uno de los ciudadanos con los que se reunieron –el jueves 17 de octubre– ella y otros legisladores es el director del Conalep de Apatzingán, Juan Pozos Mancilla, quien forma parte de los Caballeros templarios. Relató que ese día estaba en su escaño, en plena sesión, cuando un enviado de la mesa directiva le pidió que recibiera a representantes de un grupo de 300 personas que venían de Apatzingán y realizaban un mitin fuera del recinto de Reforma e Insurgentes.
Agregó que no le dieron nombres y, sin saber de quién se trataba, ella, el presidente de la Comisión de Seguridad, Omar Fayad, y los senadores Raúl Morón y María del Rocío Pineda Gochi –los dos últimos de Michoacán– salieron a atenderlos en las salas 3 y 4. Al recibirlos, uno de ellos dijo: ‘‘Es que desde que el presidente Calderón nos declaró la guerra...’’ Además, cuando se fueron presentando, los nombres ‘‘le sonaron’’ a la panista. Salieron de la reunión porque debían ir a votar y después sólo regresó Fayad, ya que los demás legisladores informaron quiénes eran los visitantes a sus coordinadores, los que ya no les permitieron continuar con ese encuentro.
Luisa María Calderón agregó que Fayad se comprometió a informar de lo ocurrido al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Ella no lo hizo personalmente porque, dijo, el secretario ‘‘debe estar muy ocupado’’ y por tanto no le quedó más remedio que ventilar el hecho públicamente, ‘‘porque Michoacán está que arde’’.
Por su parte, el coordinador panista en el Senado, Jorge Luis Preciado,
adelantó que va a pedir una investigación a fondo y coincidió con Calderón
Hinojosa en que el mismo día 17 de octubre, en que el grupo estaba en la Cámara,
le notificaron tanto a Fayad como a Gamboa que los visitantes no eran ciudadanos
de Apatzingán, como se habían anunciado, sino presuntos Caballeros
templarios.
En entrevista aparte, Gamboa Patrón respondió que desconoce si Fayad lo hizo del conocimiento de Osorio Chong e insistió en que la senadora Luisa María Calderón debió presentar la denuncia si tenía confirmado que eran integrantes del crimen organizado.
El senador priísta yucateco recalcó que él no acudió a las autoridades porque no tenía confirmado que se tratara de gente de los templarios y recalcó que el Senado está obligado constitucionalmente a recibir a los ciudadanos que lo soliciten.
El presidente del Senado, el también priísta Raúl Cervantes, agregó que ‘‘sin pruebas se trata sólo de sospechas’’, pero dejó abierta la posibilidad de dar vista de la situación a las autoridades judiciales, luego de allegarse más información.
‘‘Lo que no hará el Senado es cerrar las puertas a quienes piden de buena fe ser escuchados, ya que sería violatorio de los derechos humanos”.
En entrevista aparte, Gamboa Patrón respondió que desconoce si Fayad lo hizo del conocimiento de Osorio Chong e insistió en que la senadora Luisa María Calderón debió presentar la denuncia si tenía confirmado que eran integrantes del crimen organizado.
El senador priísta yucateco recalcó que él no acudió a las autoridades porque no tenía confirmado que se tratara de gente de los templarios y recalcó que el Senado está obligado constitucionalmente a recibir a los ciudadanos que lo soliciten.
El presidente del Senado, el también priísta Raúl Cervantes, agregó que ‘‘sin pruebas se trata sólo de sospechas’’, pero dejó abierta la posibilidad de dar vista de la situación a las autoridades judiciales, luego de allegarse más información.
‘‘Lo que no hará el Senado es cerrar las puertas a quienes piden de buena fe ser escuchados, ya que sería violatorio de los derechos humanos”.
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