Rumores
de guerra en Ciudad Juárez
Dr. Norberto Emmerich. IESAC, Ciudad Juárez
38 homicidios se
cometieron en Ciudad Juárez en el mes de mayo de 2016, lo que provocó un
llamativo titular de “Mayo sangriento” en algunos medios de la ciudad.
Al mes siguiente,
en junio, el indicador empeoró, con 39 homicidios. Pero ya no hubo titular
catastrófico, la noticia apenas apareció en el interior de El Diario, sin
referencias en tapa. Un año antes, en mayo de 2015, hubo 20 asesinatos en la
ciudad.
Los indicadores
de homicidios van subiendo lenta y sostenidamente en Ciudad Juárez. El primer
trimestre de 2016, con 84 homicidios, apenas se elevó por encima de los 81
homicidios del mismo período de 2015. En enero hubo 32 homicidios, 24 en
febrero y 28 en marzo, entre 10 y 15 veces menos que en el año 2010, cuando el
promedio mensual ascendía a 350 homicidios.
Sin embargo el
trimestre siguiente muestra una tendencia abiertamente creciente: hubo 30
asesinatos en abril, 38 en mayo y 39 en junio. De mantenerse este ritmo de
crecimiento intertrimestral, el año cerrará con 474 homicidios, lejos de los
208 homicidios establecidos como meta por la Mesa de Seguridad y Justicia.
Incluso se aleja de los 311 homicidios cometidos en el pasado año 2015 y
representaría una cifra superior a los 424 homicidios de 2014. La pretendida
tasa de 14 homicidios cada 100,000 habitantes prevista por la Mesa de Seguridad
y Justicia para el presente año se vería rebasada por una tasa real de 32,6
homicidios cada 100,000 habitantes.
César Omar Muñoz
Morales, secretario de Seguridad Pública Municipal (SSPM), atribuyó la mayoría
de los crímenes a ajustes de cuentas entre grupos, informando que gran parte de
las víctimas de homicidios son narcomenudistas.
Estas cifras, aunque
inquietantes, todavía representan incrementos cuantitativos. Un primer importante
alerta cualitativo se registró el pasado 4 de marzo con el secuestro de una
persona, algo que no ocurría desde hacía dos años y medio. Tras una tendencia
de 30 meses con cero secuestros, los familiares acudieron a las autoridades y a
las 48 horas el responsable estaba detenido y la víctima liberada, impidiendo
así la probable transformación de un escenario cuantitativo en un imponderable salto
cualitativo.
El segundo
alerta cualitativo, actualmente en curso, tiene que ver con los ajustes de
cuenta que menciona Muñoz Morales. Los conflictos entre grupos delictivos
resueltos mediante homicidios implican disputas por el control del territorio
de narcomenudeo y cierto grado de organización de la violencia. El registro del
incremento cuantitativo intermensual complementado con georreferenciación dará
mejores detalles de la lógica territorial de estas ocurrencias.
Si bien los carteles
ya no ostentan una presencia importante en la zona y no se ha denunciado el
cobro de extorsión a empresarios en los últimos dos años, la conjunción de
diversas problemáticas puede obrar en favor de la expansión territorial de los
pequeños grupos de narcotráfico.
La presión
migratoria americana sobre la frontera juarense, el incremento del rol de Los
Aztecas en el lado americano, la política de deportaciones de la administración
demócrata, el auge económico de la ciudad, la afluencia de trabajadores, el
rezago habitacional y otros factores menores inciden positivamente sobre las posibilidades
de expansión de las actividades del crimen organizado.
Adicionalmente el
principal alerta cualitativo recae especulativamente sobre las posibilidades de
que se replique la situación de 2010, lo cual no parece posible. La actuación
de 10 mil soldados y policías en la calle, supuestamente luchando por mejorar
los indicadores, y que sin embargo provocaron un crecimiento de los secuestros,
las extorsiones y los robos de autos, ya no volverá a suceder.
En la actualidad
están creciendo la actividad industrial y el comercio de la ciudad. En 2010,
resultado de la conjunción entre la crisis económica y la crisis de seguridad, llegó
a haber 70,000 personas sin trabajo dentro de la población económicamente activa,
con una caída de 9 puntos del PIB, mientras que en 2015 la ciudad llegó al
pleno empleo, con un crecimiento del 5% del PIB en 2014. En el presente año 2016
falta personal para cubrir las 16,000 vacantes existentes en la industria y el
comercio.
Ciudad Juárez
aún enfrenta rezagos que es importante revertir para lograr una recuperación
estratégica. Aunque el ingreso per cápita de los habitantes de la ciudad correspondiente
al año 2015 (u$s 11,624) está un poco por encima de la media nacional (u$s
10,325), hay zonas conurbanadas donde el nivel de pobreza se equipara con las
zonas más pobres del país, lo que habla de una brecha de desigualdad de
ingresos entre los distintos sectores poblacionales, donde podría generarse una
crisis de expectativas en la que el crimen en general y el crimen organizado en
particular se recrearían con facilidad.
En febrero del
presente año 26 representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil,
en ocasión de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez, firmaron un
documento que concentraba las preocupaciones y conflictos de una ciudad en la
que los índices de criminalidad disminuyeron, pero donde todavía ocurren
delitos de alto impacto que preocupan a la comunidad.
Un énfasis
particular en la elaboración e implementación exitosa de políticas de entrepreneurismo
social permitiría acolchonar las consecuencias que la desigualdad social
provoca sobre el incremento del delito.
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