El verdadero Chapo
01 de noviembre 201
Por Scott Stewart
Un mito ampliamente difundido nos quiere hacer creer que el capo mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera y su Federación de Sinaloa son menos violentos que muchos de sus competidores. Las declaraciones de los periodistas y analistas alegan que Sinaloa es más serio que Los Zetas, cuya reputación de brutalidad está bien documentada, y que esta comprensión del negocio de alguna manera hace que el grupo sea relativamente benigno. A su vez, esto ha llevado a muchos a creer que el gobierno mexicano podría cerrar un acuerdo con el líder de una de las mayores organizaciones criminales de México.
Sin embargo, un examen detallado de la evolución de Sinaloa demuestra la civilidad no es el sello distintivo del grupo. De hecho, la historia de la guerra de los carteles de México en la última década revela que Guzmán, su Federación de Sinaloa y varios de los carteles asociados han sido territorialmente más agresivos que cualquier otro cartel mexicano.
Expansión y Escalada
Las incursiones de Sinaloa alteraron el equilibrio de poder que Miguel Angel "El Padrino" Félix Gallardo había establecido a finales de 1980 cuando Guzmán se apropió de territorios criminales para sí y para otros de sus lugartenientes. Decenas de miles de personas han muerto a causa de las guerras que surgieron de este desequilibrio.
Esto se debe a las accioness de expansión de Guzmán que se producen necesariamente al invadir el territorio de un rival. A principios de 1990, envió a las fuerzas de Sinaloa a Tijuana, Estado de Baja California -controlada en ese momento por los hermanos Arellano Félix- para comprar casas-almacén y para la construcción de un túnel para el tráfico de drogas por la frontera. En respuesta, los hermanos torturaron y asesinaron a los operativos de Sinaloa en Tijuana, e incluso intentaron asesinar a Guzmán. Sinaloa respondió en noviembre de 1992, cuando sus agentes trataron de matar a Francisco Javier y Ramón Arellano Félix en una discoteca de Puerto Vallarta.
La guerra entre Sinaloa y los hermanos Arellano Félix marcó el comienzo de una escalada de la guerra de cárteles de México. Los cárteles comenzaron a contratar a agentes de policía para trabajar como operativos. Con el tiempo, el cartel del Golfo creó a los Zetas, un grupo compuesto principalmente por ex soldados de las fuerzas especiales aerotransportadas mexicanas. Así fue que la guerra de carteles se militarizó. Los grupos de tareas ya no eran matones entrenados con armas de fuego, sino que eeran equpos de fuego capacitados para maniobrar y utilizar sus armas.
Buscando refugio de los hermanos Arellano Félix, Guzmán huyó a Guatemala, pero fue detenido en junio de 1993. Fue extraditado a México, donde continuó dirigiendo sus empresas criminales desde la seguridad de una celda de la prisión hasta que se escapó en enero de 2001.
Cuando el líder del cartel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén fue detenido en marzo de 2003, Guzmán vio la oportunidad de hacer un movimiento en el territorio del cartel del Golfo, especialmente en la lucrativa plaza de Nuevo Laredo, el más concurrido punto de entrada para camiones desde México hacia Estados Unidos, que ofrece acceso directo al corredor de la autopista interestatal 35.
El empuje de Guzmán en Nuevo Laredo fue encabezado por los hermanos Beltrán Leyva, quien convenció a bandas locales como Los Chachos a volverse contra el cartel del Golfo. Los sicarios de Beltrán Leyva ayudaron a las fuerzas locales y, finalmente, se formó un grupo híbrido cuando un ciudadano de los EE.UU. y un miembro de Los Chachos llamado Edgar "La Barbie" Valdez Villarreal asumió el mando del grupo ejecutor de Sinaloa llamado Los Negros.
Los Zetas respondieron fuertemente a la incursión de Sinaloa en Nuevo Laredo y estalló una sangrienta lucha por el control de la ciudad. A mediados de 2005, la ley y el orden habían quedado casi descompuestos completamente en Nuevo Laredo, y el entonces presidente Vicente Fox desplegó la policía federal y las unidades del ejército para tomar el control de la ciudad. Pero incluso estas fuerzas fueron insuficientes para detener la violencia, que se mantuvo durante tres años, hasta que se hizo evidente que Los Zetas no iban a ser derrotados. En ese momento, Guzmán había comenzado a enfocarse en otros lugares para poder expandirse.
Sin embargo, un examen detallado de la evolución de Sinaloa demuestra la civilidad no es el sello distintivo del grupo. De hecho, la historia de la guerra de los carteles de México en la última década revela que Guzmán, su Federación de Sinaloa y varios de los carteles asociados han sido territorialmente más agresivos que cualquier otro cartel mexicano.
Expansión y Escalada
Las incursiones de Sinaloa alteraron el equilibrio de poder que Miguel Angel "El Padrino" Félix Gallardo había establecido a finales de 1980 cuando Guzmán se apropió de territorios criminales para sí y para otros de sus lugartenientes. Decenas de miles de personas han muerto a causa de las guerras que surgieron de este desequilibrio.
Esto se debe a las accioness de expansión de Guzmán que se producen necesariamente al invadir el territorio de un rival. A principios de 1990, envió a las fuerzas de Sinaloa a Tijuana, Estado de Baja California -controlada en ese momento por los hermanos Arellano Félix- para comprar casas-almacén y para la construcción de un túnel para el tráfico de drogas por la frontera. En respuesta, los hermanos torturaron y asesinaron a los operativos de Sinaloa en Tijuana, e incluso intentaron asesinar a Guzmán. Sinaloa respondió en noviembre de 1992, cuando sus agentes trataron de matar a Francisco Javier y Ramón Arellano Félix en una discoteca de Puerto Vallarta.
La guerra entre Sinaloa y los hermanos Arellano Félix marcó el comienzo de una escalada de la guerra de cárteles de México. Los cárteles comenzaron a contratar a agentes de policía para trabajar como operativos. Con el tiempo, el cartel del Golfo creó a los Zetas, un grupo compuesto principalmente por ex soldados de las fuerzas especiales aerotransportadas mexicanas. Así fue que la guerra de carteles se militarizó. Los grupos de tareas ya no eran matones entrenados con armas de fuego, sino que eeran equpos de fuego capacitados para maniobrar y utilizar sus armas.
Buscando refugio de los hermanos Arellano Félix, Guzmán huyó a Guatemala, pero fue detenido en junio de 1993. Fue extraditado a México, donde continuó dirigiendo sus empresas criminales desde la seguridad de una celda de la prisión hasta que se escapó en enero de 2001.
Cuando el líder del cartel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén fue detenido en marzo de 2003, Guzmán vio la oportunidad de hacer un movimiento en el territorio del cartel del Golfo, especialmente en la lucrativa plaza de Nuevo Laredo, el más concurrido punto de entrada para camiones desde México hacia Estados Unidos, que ofrece acceso directo al corredor de la autopista interestatal 35.
El empuje de Guzmán en Nuevo Laredo fue encabezado por los hermanos Beltrán Leyva, quien convenció a bandas locales como Los Chachos a volverse contra el cartel del Golfo. Los sicarios de Beltrán Leyva ayudaron a las fuerzas locales y, finalmente, se formó un grupo híbrido cuando un ciudadano de los EE.UU. y un miembro de Los Chachos llamado Edgar "La Barbie" Valdez Villarreal asumió el mando del grupo ejecutor de Sinaloa llamado Los Negros.
Los Zetas respondieron fuertemente a la incursión de Sinaloa en Nuevo Laredo y estalló una sangrienta lucha por el control de la ciudad. A mediados de 2005, la ley y el orden habían quedado casi descompuestos completamente en Nuevo Laredo, y el entonces presidente Vicente Fox desplegó la policía federal y las unidades del ejército para tomar el control de la ciudad. Pero incluso estas fuerzas fueron insuficientes para detener la violencia, que se mantuvo durante tres años, hasta que se hizo evidente que Los Zetas no iban a ser derrotados. En ese momento, Guzmán había comenzado a enfocarse en otros lugares para poder expandirse.
Un jefe de muchos grupos
El 11 de septiembre de 2004, sicarios de Sinaloa mataron a tiros a Rodolfo Carrillo Fuentes, dirigente de la organización de Vicente Carrillo Fuentes, también conocido como el cartel de Juárez, cuando salía de un teatro en Culiacán, estado de Sinaloa. El hermano de Rodolfo Vicente tomó represalias contra el hermano de Guzmán, que fue asesinado en la cárcel. Esta cadena de acontecimientos desató una guerra entre las dos organizaciones por el control de las plazas de Ciudad Juárez y de de Chihuahua, que continúa hasta nuestros días. Mientras que el cártel de Juárez es sólo una sombra de lo que fue, Sinaloa tiene el control casi consolidado del estado de Chihuahua. A pesar de ello Chihuahua sigue siendo el segundo estado más mortífero en México a causa de esta lucha.
Mientras tanto Sinaloa había reanudado sus esfuerzos por controlar Tijuana. Una serie de arrestos y la muerte de los hermanos Arellano Félix, que constituían el núcleo dirigente de la Organización Arellano Félix, dejaron severamente dañada la capacidad operativa del degradado grupo. A principios de 2008, la lucha interna entre la facción leal al sucesor de los hermanos Arellano Félix, Luis Fernando "El Ingeniero" Arellano Sánchez, y los leales al sicario superior del grupo, Teodoro "El Teo" García Simental, degradaron aún más a la organización. Este conflicto provocó niveles marcados de violencia en la región hasta que la policía federal mexicana desmanteló la facción de García Simental.
Desesperado por conseguir apoyo contra Sánchez Arellano, García buscó la protección de la Federación de Sinaloa, que sabía que había estado tratando de reclamar Tijuana desde hacía años. En definitiva, la estrategia fracasó, pero la prolongada batalla dejó a la facción Sánchez Arellano de la AFO extremadamente débil. En la segunda mitad de 2010, la Federación de Sinaloa utilizó la apertura ofrecida por García para consolidar el control sobre partes del oeste de Baja California, a saber, las regiones de Tecate y Mexicali, posicionándose para apoderarse de Tijuana.
Sabiendo que no podría soportar otra larga batalla contra un grupo mucho más grande y con recursos, la AFO llegó a un acuerdo con Sinaloa por el que ambos grupos operan de manera independiente y cumpliendo con un pacto de no agresión. Con Tijuana asegurado, Sinaloa controla las plazas desde el oeste de Juárez hasta Tijuana.
En un escenario similar, el cartel del Golfo se dirigió a Sinaloa y a La Familia Michoacana en busca de ayuda contra Los Zetas, que se había desprendido de su grupo principal a principios de 2010. Los tres grupos formaron una alianza que se refiere a sí misma como la Nueva Federación. La atención de Guzmán una vez más se dirigió a los lucrativos corredores de contrabando en el noreste. Con la ayuda de los sicarios de Sinaloa y de La Familia Michoacana, el cartel del Golfo fue capaz de empujar a los Zetas fuera de Reynosa. Para mediados de 2010 Los Zetas estaban bajo una fuerte presión de las fuerzas de la Nueva Federación. Sin embargo, varios acontecimientos de ese año, incluyendo la muerte de un estrecho aliado de Guzmán, Ignacio "El Nacho" Coronel, el 29 de julio y el 10 de diciembre la muerte del líder de La Familia Michoacana, Nazario "El Mas Loco" González Moreno, dieron a Los Zetas una oportunidad para recuperarse.
En 2011, Sinaloa emprendió otra gran incursión en territorio de Los Zetas, esta vez dirigida hacia Veracruz. Para ello, utilizó otro grupo de la red de aliados como brazo, el Cartel de Jalisco Nueva Generación, que comprende a los restos de la organización de Coronel que viajaron a través de México desde su propia casa en Guadalajara. A veces, operando bajo el nombre de Los Matazetas, el CJNG comenzó a matar a Los Zetas -y a la gente que se creía que eran partidarios de Los Zetas- en Veracruz. A finales de septiembre y principios de octubre de 2011, el CJNG había realizado varios destacados vertederos de cadáveres de personas consideradas miembros de Los Zetas. En un incidente ocurrido el 20 de septiembre de 2011, 35 cadáveres fueron arrojados en una calle de mucho tráfico. Más tarde se determinó que la mayoría de estas víctimas no eran miembros de Los Zetas.
Como muestra el CJNG, el cartel de Sinaloa ha formado varios grupos de combate en la última década. Estos grupos han incluido a Los Negros, el CJNG, La Gente Nueva (también conocido como Los Chapos) y Los Antrax. Estas organizaciones operan bajo sus propios nombres, como hicieron Los Zetas cuando eran el brazo armado del cártel del Golfo. Pero al igual que Los Zetas, que actuaban en nombre del cartel del Golfo, los sicarios de Sinaloa actúan a instancias de Guzmán y sus lugartenientes.
Los casos de brutalidad de Sinaloa abundan. El líder de Los Negros, Valdez, torturó y ejecutó a cuatro miembros de Los Zetas en un video enviado a The Dallas Morning News; el CJNG dejó 35 cadáveres en el centro de Veracruz y los sicarios de Sinaloa dejaron grupos de cuerpos desmembrados en Nuevo Laredo acompañados de narcomantas firmadas "El Chapo" en varias ocasiones entre marzo y mayo de 2012. Se trata de acciones del cártel de Sinaloa, y son tan viciosas como las acciones de los otros grupos.
Algunos creen que la paz sobreviene una vez que el cartel de Sinaloa afirma su control sobre un área, pero eso no es necesariamente cierto. La violencia disminuyó en Juárez después de que Sinaloa arrebató el control de la plaza, pero en Chihuahua se continúa luchando con violencia. De hecho, tres de los cuatro estados más violentos de México -Chihuahua, Sinaloa y Guerrero- están en el área de control de Sinaloa. No hay soluciones rápidas a la violencia en México, y no hay razón para creer que un pacto de gobierno con Guzmán demuestre lo contrario.
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